Belfast. Irlanda del Norte se dotó de instituciones políticas ayer con la designación de un gobierno y la reanudación de los trabajos del parlamento, tras tres años de parálisis política en esta provincia británica en primera línea del Brexit.

Después de un acuerdo entre unionistas y republicanos para restablecer una gobierno compartido, la unionista Arlene Foster, del DUP, fue nombrada primera ministra, mientras que la republicana Michelle O’Neill, del Sinn Fein, fue nombrada vice primera ministra.

Los últimos tres años estuvieron marcados por demasiadas divisiones y recriminaciones, dijo Foster, que ya estaba al frente del gobierno local cuando éste fue derrotado en 2017 por un escándalo político-financiero.

El verdadero trabajo comienza hoy, prosiguió ante los miembros de la Asamblea. Las lecciones han sido aprendidas. Es hora que Irlanda siga hacia adelante, agregó.

O’Neill, por su parte, saludó un momento importante para la política de Irlanda del Norte.

El DUP y el Sinn Fein, los principales partidos de Irlanda del Norte, validaron a última hora del viernes el proyecto de acuerdo respaldado por los gobiernos británico y de la República de Irlanda para restablecer las instituciones políticas de la provincia.

Estas formaciones deben compartir el gobierno en virtud del acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998, que puso fin a los disturbios entre republicanos (mayoritariamente católicos) y unionistas (sobre todo protestantes).

Esta violencia causó casi 3 mil 500 muertes en 30 años.

Después que el Sinn Fein dio luz verde al acuerdo el viernes, la jefa del partido, Mary Louise McDonald, saludó un día histórico.

El acuerdo de gobierno prevé, en particular, medidas para promover el gaélico, el idioma irlandés, y para acelerar el funcionamiento de la justicia.

Foster, cuyo partido perdió terreno en las elecciones legislativas británicas de diciembre, calificó el nuevo compromiso de justo y equilibrado.

Los socialdemócratas del SDLP manifestaron su intención de participar en el reparto del poder.

El acuerdo prevé también acelerar el funcionamiento de la justicia, establecer mecanismos para luchar contra la corrupción, reducir las listas de espera en los hospitales e incluso aumentar la presencia policial en las calles.

El gobierno británico también prometió inversiones para los servicios públicos de la región, la más desfavorecida económicamente del Reino Unido, condicionadas al restablecimiento de las instituciones locales. No se comunicó el importe de la dotación.

En 2021, Irlanda del Norte celebrará su centenario. Queremos hacerlo con calles más seguras, mejores escuelas y un servicio de salud de primer nivel, precisó Foster.

Si no se llegaba a un consenso antes del lunes, Londres tenía previsto celebrar elecciones locales.

En las legislativas británicas de diciembre, Irlanda del Norte eligió por primera vez al parlamento de Westminster más diputados republicanos (siete del Sinn Fein y dos del SDLP), partidarios de una reunificación con Irlanda, que unionistas del DUP, favorables a permanecer junto a la corona británica.

El pulso entre el DUP y el Sinn Fein se había desarrollado en las últimas semanas en un contexto político cambiante bajo los efectos del Brexit, contra el cual votó la mayoría de la población de la provincia británica.