no tiene fronteras.Foto María Luisa Severiano
Domingo 12 de enero de 2020, p. 4
En la plancha del Zócalo capitalino, muy cerca del asta, decenas de zapatos rojos, en pares, cubrieron el suelo la tarde de este sábado. Cada par de zapatos, al principio 300, representa a una mujer, adolescente, niña, asesinada en el país. Esta instalación, realizada por la artista visual Elina Chauvet, cumple ya una década. Se llama Zapatos rojos.
Este proyecto se inició en 2009 en Ciudad Juárez para visibilizar la violencia contra las mujeres. Los zapatos representan y hacen visible la ausencia. Son las mujeres asesinadas víctimas de feminicidio y desaparición. La de hoy, es una instalación conmemorativa por los 10 años del proyecto, pero es también un homenaje a las mujeres que han sido y siguen siendo asesinadas en México desde hace 30 años
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Es increíble que a tres décadas de que se dio a conocer la ola de asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez sigamos con el problema y que se esté agudizando. Son 30 años; lo peor es que el problema se ha extendido a todo el país, y esto se debe a la impunidad. Desde el momento en que se permitió que saliera de Ciudad Juárez se ha extendido a lo largo y ancho del país
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Existe, además, una normalización de los feminicidios. Hay que poner atención no sólo en las leyes y su aplicación, sino crear campañas de concientización y educación para eliminar la violencia, dentro y fuera del hogar
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Hace 10 años, Elina Chauvet comenzó esta instalación con 33 pares de zapatos, hoy ese número se ha multiplicado por 10, y la instalación se ha repetido en varias partes del mundo, lo que habla de un problema que no tiene fronteras
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Lo que ha ocurrido con Zapatos rojos es sobrecogedor, porque cuando los veo no veo calzado, sino mujeres, personas de a pie. Cuando ves esa cantidad de zapatos es impactante; zapatos de bebés, de niñas. Estamos viendo muchísimas desapariciones y violación de menores. No podemos continuar con esto. Es como si fuéramos caníbales. Somos una sociedad comiéndose a sí misma
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Esta es la primera instalación de 2020. En marzo, Elina Chauvet la llevará a la ciudad italiana de Bari. “Ya comienzan a llegar más solicitudes para montar la instalación en otros lados. Zapatos rojos se sigue repitiendo porque es necesaria”.
Este sábado se realizó en el Zócalo porque “llegué a un momento en mi vida en que me di cuenta de que mi público estaba fuera del museo, porque lo que tenía que decir llegaba a muy poca gente. Por eso se realiza en lugares abiertos. Zapatos rojos está dedicada a mi hermana, de quien hoy se cumplen 28 años de su feminicidio. Está dedicada a ella, a su corta vida, y a todas las mujeres que, como ella, ya no pudieron seguir entre nosotros”.