A partir del segundo semestre del 2020 los alimentos ultraprocesados deberán contar con sellos de advertencia sobre su alto contenido calórico, de azúcares y de sodio, lo que deberá generar un impacto positivo para disminuir la venta de comida chatarra en el interior de las escuelas, señaló Ana Larrañaga, coordinadora de la Coalición ContraPESO.

Se cuenta con datos de estudiantes, maestros y padres de familia que confirman que en las escuelas se siguen vendiendo productos no saludables, afirmó. Es un problema muy grave porque los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición señalan que la etapa en la que los menores ganan más peso es justamente la escolar, lo que es un indicador de que la calidad de los alimentos dentro de los planteles no está siendo la mejor.

Destacó que las cooperativas escolares tienen un rol relevante para que los alumnos accedan a comida chatarra –que incluye alimentos ultraprocesados, bebidas gaseosas y jugos enlatados– debido a que representa una fuente de ingresos para la escuela con los cuales se atienden necesidades básicas de mantenimiento e incluso materiales educativos. La precariedad en la que se encuentran muchos planteles hace que los recursos para subsanar estas carencias vengan de la venta de alimentos y bebidas, aunque no sean saludables.

La solución, advirtió la especialista y nutrióloga, no es únicamente tener lineamientos para regular qué se vende al interior de las escuelas, sino garantizar que los centros escolares se encuentren en buen es-tado y con recursos para atender sus necesidades básicas con el fin de evitar, entre otras acciones, que la comunidad escolar se vea obligada a vender productos que no son sanos para subsanar sus carencias.

En entrevista, agregó que es necesario capacitar al personal que elabora los alimentos para su venta en las escuelas, así como actualizar los lineamientos de modo que estén acorde con la legislación que ya ha sido aprobada en México, incluido el nuevo etiquetado frontal de alimentos y bebidas.

Subrayó que también se deben considerar las recomendaciones emitidas por organismos multinacionales como el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, la Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura con el fin de evitar que todos aquellos productos que tengan un sello o más se comercialicen dentro de las escuelas.

Con el nuevo modelo de etiquetado de alimentos, agregó, será mucho más fácil para maestros, padres de familia, directores y alumnos identificar los productos con o sin sello, lo que alerta sobre su alto contenido de grasas saturadas o calorías, azúcares o sodio, pues uno de los objetivos de la reforma a la Ley General de Salud es prevenir su consumo en niños y adolescentes.