El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, José Ángel Gurría, justificó el bajo crecimiento económico de México por el entorno internacional, pero precisó que los inversionistas requieren estabilidad política y el gobierno más ingresos fiscales.

En una conferencia ante los diputados de todos los grupos parlamentarios, y luego de que Morena presumió las reformas para apuntalar la administración federal, Gurría sostuvo que las normas que se definan para invitar a la inversión privada, nacional y extranjera, deben ser producto de un diálogo muy extenso.

Y cuando se definan, que sean estables, porque no se apuesta sólo al país y a la estabilidad financiera y fiscal, sino al marco jurídico y a ciertas reglas, precisó.

Además, consideró que persiste la vulnerabilidad del gobierno mexicano y de la economía, “porque siempre se dice ‘vamos de la mano con el sector privado’, pero el sector público no tiene mucho de dónde y, cuando hay necesidades tan grandes como en Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, la debilidad de la respuesta pública tiene mucho que ver con la recaudación y las finanzas públicas muy modestas”.

Citó que el promedio de recaudación tributaria de los países de la OCDE es de 35 por ciento, mientras la de México es de 16 y la de Francia es de 50 por ciento. Entre esos porcentajes, hay margen para incrementar los ingresos fiscales, dijo.

Lo que no se sabe es que el gobierno es chiquito, porque los recursos que recibimos en impuestos son pocos, y como somos responsables fiscalmente, no nos queremos endeudar, que los déficits sean reducidos. Eso está muy bien, tenemos entonces un gobierno chiquito y cuando hay que invertir más en salud, educación e infraestructura o a Pemex, nos encontramos con esa restricción. Hay que fortalecer el ingreso mexicano y despetrolizarlo, insistió.

Al respecto, el presidente de la Comisión de Presupuesto, Alfonso Ramírez Cuéllar (Morena) sostuvo que el gobierno mexicano debe jugar un papel más activo en el nuevo acuerdo tributario internacional, para evitar la erosión de la base imponible y al traslado de beneficios, conocidos como BEP, para evitar malas prácticas de algunas empresas trasnacionales.

Consideró que la visita de Gurría es una buena oportunidad para discutir un gravamen mínimo global de las empresas multinacionales, que proporcionen a los países el derecho de gravar cuando otras jurisdicciones no hayan ejercido sus derechos, o lo hayan hecho mediante niveles bajos de imposición.

México, dijo, depende en gran medida de los ingresos derivados de las rentas de sociedades multinacionales.