México se convertirá en el campeón mundial de importación de alimentos, como ya lo es del maíz, si los apoyos, impuestos y precios de energéticos, fertilizantes y agroquímicos para el sector agropecuario no se equiparan a los que brindan los gobiernos de Estados Unidos y países europeos a sus productores, aseveró Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) recomienda que un país produzca por lo menos 75 por ciento de los alimentos que consume su población, pero México sólo cumple con 50 por ciento y si el gobierno no nos da más apoyos vamos a ser más dependientes, aseveró el dirigente, entrevistado en la Secretaría de Economía.

Ponderó que el campo fue el sector que mayor crecimiento económico registró el año pasado, ya que hasta noviembre acumulaba un alza anual de 4.3 por ciento y previó que en 2020 aumentará 3 por ciento, pero si necesitamos que se nos den las condiciones, sobre todo de seguridad, porque si no no hay inversión, ni crecimiento. Y si un sector hay para atacar la pobreza es el agroalimentario porque en él hay más de 7 millones de trabajadores.

Sobre la reforma fiscal que el gobierno federal anunció que se llevará a cabo durante la segunda mitad del sexenio, De la Vega puntualizó que el sector agroalimentario se opone a que se graven los alimentos porque entre más pobreza hay, mayor se gasta en ellos.

Esa parte la queremos cuidar, máxime cuando nos quitaron los apoyos en comercialización, granos, exportación y representaciones comerciales, dijo. Si bien reconoció que el gobierno está apoyando a los productores más pequeños sostuvo que también debe hacerlo con los medianos y grandes.

Necesitamos que se nos equiparen las condiciones a las de nuestros principales socios comerciales y refirió que los productores de Estados Unidos reciben apoyos hasta para seguros y exportaciones.

El dirigente del CNA sostuvo los cambios que se hicieron al Tratado México, Estados Unidos y Canadá en materia ambiental y laboral pueden convertirse en talón de Aquiles.

Tenemos el tema de los migrantes que vienen de América Central a trabajar a las plantaciones del sur del país y tenemos que ser muy cuidadosos para que se respete la soberanía del país y que no haya injerencia directa de los cinco inspectores que vamos a tener de la embajada de Estados Unidos, que sólo sean observadores, y que no sea una barrera arancelaria para la exportación, puntualizó.