El líder opositor del gobierno actual de ese país participaría en una manifestación para promover su candidatura a la presidencia
Miércoles 8 de enero de 2020, p. 9
Kampala. La policía de Uganda detuvo de nuevo al líder opositor y cantante Robert Kyagulanyi, Bobi Wine, y dispersó con gases lacrimógenos a los que se disponían a asistir a la manifestación en la que pretendía discutir su candidatura para las próximas elecciones en un distrito de Kasangati, en el sur del país.
No es la primera vez que la policía impide al músico y político celebrar actos de este tipo y conciertos después de que se haya erigido como una de las principales voces contra el actual presidente, Yoweri Museveni, en el cargo desde hace 33 años, y que presumiblemente volverá a presentarse a los próximos comicios.
Sin permisos
En esta ocasión, y de acuerdo con la policía, la reunión no podía haberse celebrado por no contar con los permisos necesarios, pues estaba planeada para llevarse a cabo en un espacio abierto, cuando este tipo de actos tienen que realizarse en espacios cerrados para no entorpecer las actividades de terceros, informó el periódico ugandés The Observer.
Bobi Wine, quien fue detenido junto a otros líderes del partido Poder para el Pueblo, fue arrestado en 2018 tras una manifestación en la que se le acusó de posesión ilegal de armas después de que el servicio de seguridad de Museveni abatió a su chofer. Desde entonces, ha sido hostigado y detenido en varias ocasiones por incitar a la violencia
, liderar protestas ilegales
, o ridiculizar
al mandatario Museveni.
El actual presidente de Uganda es uno de los que más tiempo lleva ostentando el cargo en el continente, pues lo hace desde 1986, gracias a sucesivas reformas constitucionales y bajo acusaciones de fraude electoral.
Los críticos acusan a Museveni de utilizar a las fuerzas de seguridad y al poder judicial para reprimir a la oposición y aseguran que las autoridades del gobierno no son castigadas por los casos de corrupción.
El encarcelamiento de líderes opositores forma parte de la rutina de las fuerzas de seguridad, que en muchas ocasiones han sido criticadas por su extrema dureza a la hora de reprimir las protestas y manifestaciones.