El comportamiento de algunos de los integrantes de Morena, que pretenden posicionar el interés personal antes que el colectivo, representa un riesgo latente para el partido y para la continuidad del proyecto de izquierda de Andrés Manuel López Obrador.

La advertencia la formuló el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, quien hace notar que, para contender con éxito en las elecciones de 2021, su partido requiere la autocrítica entre la dirigencia y las bases sobre las que se competirá.

Renuente a tratar el tema partidista, Monreal lo hace de forma amplia en su reciente libro titulado Péndulo político, experiencia mexicana, ¿izquierda o socialdemocracia?, en el que advierte que si bien el triunfo de Morena y sus aliados fue contundente en 2018 aún existe una oposición de derecha que podría rearmarse y por ello se requiere tener claro cómo fue el surgimiento de ese partido.

Para dar continuidad al proyecto de nación que encabeza Morena es necesario que quienes conforman ese Movimiento de Regeneración Nacional no busquen la hegemonía, sino que la democracia funcione.

El coordinador Monreal dedica un capítulo de su obra al balance desde los antecedentes y contexto social, económico y político que repercutieron en el nacimiento de Morena, primero como movimiento y después como partido, con el consecuente triunfo de la Presidencia de la República.

Hace notar que es necesario ver más allá del logro de un partido con poco tiempo de existencia, ya que se trata de la culminación de una serie de luchas y factores que por décadas se acumularon y se capitalizaron en la propuesta del proyecto de nación impulsado por Morena y diversos actores políticos y sociales, bajo el liderazgo de López Obrador.

Una de las causas que dieron origen a Morena, resaltó, fue el hecho de que los partidos de derecha pasaron a defender los postulados neoliberales y, por ello, cuando aquel sistema económico empezó a fallar, su credibilidad disminuyó.

Advirtió asimismo que después del apabullante triunfo de Morena en las urnas en 2018, en que logró la Presidencia y la mayoría de escaños en el Congreso de la Unión, éste y los demás partidos tienen la responsabilidad de abandonar las viejas prácticas de manipulación política.

Los dirigentes presentes y futuros de Morena deben asumir que la vocación democrática del presidente López Obrador no admite indefinición o titubeo respecto de la separación estratégica entre el gobierno y el partido.

Alude además a congresos locales y presidentes municipales de Morena que, por falta de acercamiento o vínculos, han abandonado los ideales del cambio de régimen y de partido, al ser cooptados por los gobernadores de otras fuerzas políticas, lo cual pone en evidencia su endeble doctrina.

Monreal resaltó, en ese sentido, que el Ejecutivo federal puede separarse definitivamente de la organización que fundó, si observa desviaciones, incumplimiento, alejamiento de los objetivos o corrupción de la dirigencia.

Esto representaría un golpe mortal para Morena, pero no es improbable que se pueda presentar en el escenario político nacional.