Martes 31 de diciembre de 2019, p. 10
Altamirano, Chis., Con una gran organización las coordinadoras del Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan atendieron a miles de guerreras
que llegaron a tierras zapatistas para aprender y desahogar sus vivencias de maltrato.
Por tres días las asistentes fueron alimentadas, atendidas, consoladas y escuchadas por centenares de integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), quienes lograron convocar a mujeres de diversas partes del mundo para actuar contra la violencia de género.
Las milicianas, siempre dispuestas a ayudar, hicieron sentir en casa a más de 5 mil personas que acudieron al semillero Huellas de la Comandanta Ramona, en El Caracol Morelia, municipio de Altamirano.
Frijoles, arroz, tacos de pollo, carne, tamales, caldo de res y camarones fueron los platillos que pudieron adquirir las visitantes y que elaboraron pobladoras y milicianas.
Jóvenes armadas con palos de madera y arcos se encargaron de la seguridad del recinto, aun en la noche, cuando las visitantes descansaban en sus casas de campaña.
Para documentar lo que aconteció, adolescentes con un paliacate rojo fungieron como camarógrafas, fotógrafas y asistentes de sonido.
Valeria, de 16 años, registró las charlas, denuncias y propuestas que se presentaron durante el encuentro: Estoy orgullosa de ser mujer porque hay muchos trabajos que podemos elegir, como esto que hago hoy; esto me gusta, pero también sé barrer, cocinar y voy a la escuela
, dijo la joven.
Por su parte, Mariana –proveniente de España– señaló que esta experiencia fue algo inolvidable. Me llevó mucha información de las luchas feministas en México y Latinoamérica para que en nuestro colectivo tratemos de replicarla para exigir justicia y vida para nuestras mujeres
.
Durante la clausura la noche del domingo, las zapatistas llamaron a apoyarse, protegerse y defenderse de los embates que puedan sufrir en la lucha por la libertad y la justicia.
El mensaje de cierre, leído por la comandanta Jéssica, conmovió a las presentes tras escuchar que la empatía fue la emoción que más predominó durante los tres días que duró el congreso, en el que la mayoría de las mujeres compartieron sus historias de violencia sufrida.