Londres. El tenista Andy Murray renunció ayer a jugar la Copa ATP y el Abierto de Australia, torneos marcados en su calendario para la nueva temporada pues no está recuperado de una lesión que sufre desde la pasada Copa Davis.

Murray, ubicado en el lugar 125 de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) vuelve a presentar problemas en la espalda y no ha confirmado la fecha ni el lugar en el que espera iniciar el nuevo curso.

Explicó que ha tenido que dar un paso atrás para recuperarse por completo antes de pensar en competir. He trabajado duro para poder jugar al más alto nivel y estoy muy frustrado de no poder arrancar en enero, aseguró.

Para el tenista de 32 años, quien incluso renunció a viajar a Miami donde tradicionalmente hace la pretemporada, el Abierto de Australia es un torneo especial, pues ha jugado cinco finales (2010, 2011, 2013, 2015, 2016) sin ganar ninguna. El año pasado fue el escenario donde anunció que colgaba definitivamente la raqueta.

Por eso le hacía especial ilusión la vuelta a Melbourne Park. Después de viajar allí en enero y pensar que nunca más volvería a competir, estaba muy emocionado de volver a jugar el Abierto de Australia y darlo todo, afirmó. De momento habrá que esperar a ver cómo evoluciona de sus dolencias para fijar el inicio a su nuevo itinerario.

Los organizadores del Abierto del Australia, el primer Grand Slam de la temporada, que se realizará a partir del 20 de enero, anunciaron que los premios para los jugadores se han incrementado un 14 por ciento y que ahora serán de 44 millones 347 mil euros.

Este aumento beneficiará, sobre todo, a los eliminados en las primeras rondas, ya que los que pierdan en el primer partido ganarán 56 mil euros, 20 por ciento más que en 2019.

Los ganadores, tanto en categoría masculina como femenina, ganarán 2.5 millones de euros. La decisión de aumentar más porcentaje a los primeros que saldrán de la contienda podría estar vinculada a las apuestas deportivas.