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De nuestras jornadas

Ideología del discurso

E

l 18 de noviembre de 1956, el entonces secretario general del Partido Comunista de la URSS, Nikita Jruschov, dijo desafiante, sobre las potencias capitalistas, cuyos cancilleres estaban reunidos en la embajada de Polonia –entonces también país socialista– en Moscú: La historia está de nuestra parte. Los enterraremos. Se refería el legendadrio Jruschov a la supuesta superioridad intrínseca del socialismo frente al capitalismo, que en su visión estaba condenado a la extinción derivada de sus contradicciones internas.

Pero 33 años después, la potencia socialista, al frente de la cual estaba Mijail Gorbachov, se desintegraba, víctima de sus propias contradicciones internas, y dejaba, de momento, un mundo unipolar, al frente del cual quedaba su gran enemigo histórico –y aún hoy enemigo de la humanidad–: el gobierno de Estados Unidos. Antes, allá por 1940, el líder nazi Adolfo Hitler emprendió una guerra con la certeza de que al final la Alemania de aquel entonces terminaría dominando el mundo. Pero en 1945 caía con estrépito ante los cañones y las bombas con las que lo atacaban, por un lado, el Ejército Rojo de la Unión Soviética, y por el otro, la aviación aliada de Occidente. Y fue al demente rijoso que el mundo se le vino abajo.

La realidad es más terca que cualquier postura ideológica. Muchos líderes alrededor del mundo hoy lo tienen presente, y evitan frases y admoniciones sentenciosas, porque éstas pueden volverse contra ellos y dejarlos en ridículo. Es, pues, sensato, no hacer alarde de certezas sobre el futuro ni sobre las capacidades propias. Sin embargo, hoy en nuestro país se vuelven a oír frases de ese talante, que –obligados por la realidad– han tenido que empezar a masticar para luego tragar, o se aprestan a ello, quienes las han pronunciado.

En Acapulco recién se produjo la misma circunstancia en relación con la alerta de la Cofepris sobre varias playas contaminadas con coliformes fecales más allá de lo aceptable. La reacción inmediata fue condenar el informe y tacharlo de complot ideado para afectar el éxito turístico de este balneario. Pero luego un estudio ordenado por la alcaldía confirmó el informe del organismo federal, y para rematar el asunto, ayer amanecieron confinados al menos cuatro derrames de aguas turbias y pestilentes que han estado saliendo a la bahía.

La realidad es más terca que cualquier postura política o ideológica.