Sábado 28 de diciembre de 2019, p. a11
Moscú. La Agencia Rusa Antidopaje (Rusada) anunció ayer que envió una carta oficial impugnando la exclusión del país de las competiciones deportivas mundiales por haber falsificado datos, unas sanciones injustas
para el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Hemos enviado documentos a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), entre ellos la notificación de nuestro desacuerdo con las sanciones
, dijo a la prensa el director general de la Rusada, Yuri Ganus.
La AMA confirmó ayer que había recibido la notificación de la Rusada y que, conforme al procedimiento, iba a acudir rápidamente al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS). La decisión que tomará el TAS será definitiva y comprometerá a todos los firmantes, recuerda la Agencia en un comunicado.
Ganus firmó esta carta luego de una decisión de las instancias dirigentes de la Rusada; es decir, su consejo de vigilancia y sus fundadores, los comités olímpico y paralímpico rusos.
El propio Ganus está en contra de esta impugnación e indicó que envió a la AMA una segunda carta a su nombre expresando su postura personal. Lamento informarles que he fracasado en mis esfuerzos para hacer cambiar de opinión (a los órganos con poder de decisión en la Rusada) sobre esta notificación
, explicó, leyendo su carta a la AMA.
Acusando nuevamente a las autoridades deportivas rusas de no estar a la altura, Ganus señaló también que al impugnar la decisión de la AMA, Rusia asumía el riesgo serio
de ver las sanciones reforzadas y no suavizadas
.
La AMA prohibió el pasado 9 de diciembre la participación de Rusia durante cuatro años en los principales encuentros internacionales, especialmente en los Juegos Olímpicos de 2020 y 2022 y en el Mundial de Futbol de 2022.
Las sanciones establecen que sólo deportistas rusos escogidos podrán participar en competiciones, pero bajo bandera neutra y sin que suene el himno nacional.
Si las sanciones son tan duras es porque la AMA consideró que Rusia había manipulado
los datos del laboratorio antidopaje de Moscú que le había hecho llegar a principios de año, un enésimo giro en un escándalo que comenzó con la revelación en 2015 de un dopaje institucional practicado desde 2011 y que implicaba a altos funcionarios, agentes secretos y frascos de orina adulterados.