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Va a estar cabrón rescatar su carrera

Julito destruyó todo el prestigio de su padre, lamenta su tío Rodolfo Chávez

No sé si piense en retirarse, pero lo que sí es que el público es sabio y no le cree más, señala

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▲ En su regreso a los cuadriláteros, Julio César Chávez júnior perdió el viernes por nocaut ante Daniel Jacobs, luego de no salir para el sexto round, al argumentar que tenía fracturada la nariz.Foto boxing_brain
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de diciembre de 2019, p. 9

Todos los boxeadores dicen en cada pelea que se juegan la carrera. El viernes, en el Talking Stick Resort Arena, en Phoenix, para Julio César Chávez júnior aquello fue más que una frase rutinaria; después de un par de años alejado del cuadrilátero, estaba obligado a restaurar las astillas de una carrera saboteada por la indisciplina, el escándalo y el desinterés por el prestigio que heredó de uno de los peleadores más legendarios.

En 2017, la carrera en paralelo con Saúl Canelo Álvarez tuvo su episodio climático en una pelea esperada en Las Vegas. Chávez hijo subió consumido por el esfuerzo para dar el peso que exigió el rival. Las expectativas de una batalla entre mexicanos, como supone la tradición del boxeo, se convirtió en una decepcionante exhibición en la que Chávez se quedó pasmado, sin lanzar golpes ante el azoro del propio Canelo.

El regreso era un enigma. Entre los consejos de que se retirara, incluso su propio padre lo planteó con evidente dolor, y los amagos de un retorno que se posponía de manera recurrente, la carrera del júnior parecía a la deriva.

Por eso la importancia del duelo de anoche ante Daniel Jacobs. Era la oportunidad de redención para Julito, quien parecía recuperado, peleando con fuerza y habilidad. Cuando la pelea estaba más cerrada y en su momento más emotivo, Chávez ya no quiso disputar el sexto episodio, con el argumento de que tenía fracturada la nariz y la sangre le impedía respirar. La arena estalló en disturbio.

Después de lo de ayer va a estar cabrón levantar su carrera, al público no puedes engañarlo, comenta Rodolfo Chávez, tío y entrenador durante casi toda la carrera del júnior.

Es fácil criticar a un peleador que ya no quiere salir cuando está lastimado, porque no sabemos lo que está padeciendo, pero también hay otros que salen con la nariz destrozada y hasta ganan, pero eso depende de las ganas que tienen, del hambre de gloria, agrega Rodolfo.

En 2012, Juan Manuel Márquez, por ejemplo, tenía la nariz destrozada desde el cuarto episodio, soportó dos asaltos más y venció de manera espectacular a Manny Pacquiao. Óscar Valdez peleó ocho rounds con la mandíbula fracturada y se llevó la victoria; celebraba con una sonrisa torcida por no lograr cerrar la boca.

Hay que ver qué tan fuerte fue la fractura de la nariz del júnior, porque sólo él sabe qué sentía o cuánto dolía, ataja Rodolfo; pero esta pelea era clave en su carrera, estaba obligado a ganar y a dar una gran batalla.

Chávez júnior acusó a Jacobs de ser un peleador marrullero, de ensuciar la pelea y abrirle un párpado con un codazo y fracturarle la nariz con un cabezazo. Después del combate fue trasladado a un hospital y advirtió que en seis semanas estaría de vuelta entrenando.

“Qué tan complicado será levantar su carrera, juelachingada, no sé, va ser difícil”, comenta asombrado Rodolfo; no sé qué pase por la cabeza de mi sobrino, pero la gente ya no le cree y veo difícil que vuelvan a hacerlo.

El camino a la redención estuvo plagado de circunstancias como malos vaticinios. La negativa a realizarse una prueba antidopaje lo mantenía suspendido y la autorización para pelear en Las Vegas la consiguió gracias a la intervención de un abogado ante la corte de Nevada. En el pesaje previo, Chávez júnior no consiguió marcar las 168 libras pactadas, llegó con cinco de sobrepeso, y tuvo que ceder un millón de dólares de sus ganancias.

Julio perdió el interés, no sé si piensa ya en el retiro, pero el público es sabio y ya no le cree más. ¿Quién sabe qué pasa por la cabeza de ese muchacho?, concluye su tío Rodolfo.

Ante la ola de críticas a Julito, el legendario Julio César Chávez subió un video a redes sociales en el que defiende a su hijo y pide a los analistas deportivos no ser pendejos y enfatiza que el abandono de la pelea fue porque no podía seguir debido a la fractura nasal.