El efectivo estaba en servicio y recibió 30 balazos
Sábado 21 de diciembre de 2019, p. 28
El agente de la Policía de Investigación (PDI) de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México, Miguel Ángel Cobos, fue ejecutado al recibir alrededor de 30 balazos cuando se encontraba en su vehículo en la avenida La Corona y La Palma, colonia Loma La Palma, en Gustavo A. Madero, justo cuatro cuadras antes de llegar a su domicilio.
El asesinato perpetrado la noche del jueves fue uno de los temas centrales de la reunión del gabinete de seguridad de ayer que se realizó en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, en la que se conoció que el efectivo no estaba franco, como informó en un primer reporte la PGJ, sino que sí estaba en servicio.
Sobre la ejecución no vista en meses recientes en contra de un agente de la PDI por las tres decenas de impactos y los casquillos hallados, la PGJ sigue diversas líneas de investigación, por lo que se abrió una carpeta por homicidio calificado, las cuales lo relacionan con el desempeño de su labor.
De acuerdo con versiones ministeriales, en el homicidio participaron al menos tres sujetos, quienes presuntamente iban abordo de una motocicleta, además de que se sigue la pista de las diversas amenazas que el policía había recibido.
En su teléfono celular se hallaron las grabaciones de llamadas originadas desde el Reclusorio Norte por parte de Alfredo Linares, a quien las autoridades ubicaron como un ex agente de la PDI y quien fue su compañero.
Por el momento se indaga si Cobos participó en la captura de Linares, si había negocios ilícitos entre ellos o si tenían un asunto personal.
Otra línea de investigación tiene que ver con la orden de captura que ejecutó el pasado miércoles 18 de diciembre en contra de un extorsionador, quien al parecer cobró al menos un millón de pesos a empresarios por derecho de piso.
Sin embargo, no se tienen más detalles que vinculen a este sujeto con el policía.
Por el momento, la línea de investigación más sólida para las autoridades es la relación entre Cobos, quien tenía 49 años, y Linares, porque hay evidencia de las llamadas y grabaciones de amenazas en el teléfono celular que salieron desde el Reclusorio Norte.
También se indagan otras participaciones en operativos y detenciones relevantes. El agente estaba adscrito a la coordinación territorial en Miguel Hidalgo.
Tras su muerte el personal de la Coordinación General de Servicios Periciales, así como agentes de la PDI adscritos a la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Homicidio, se dedicaron a recabar indicios.