Los cambios realizados al Acuerdo Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en el área farmacéutica puntualizan que las patentes de medicamentos no son válidas para nuevos usos, métodos o procedimientos de utilización de un producto conocido, como pretenden y en algunos casos lograron los laboratorios trasnacionales para mantener su exclusividad en el mercado, señala un análisis elaborado para la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos.

Las modificaciones al acuerdo en materia de derechos de propiedad industrial contribuirán a evitar conflictos judiciales, como el que desde 2018 protagonizan dos laboratorios en México. Uno, Roche, empresa trasnacional, busca evitar que Trastuzumab, medicamento biotecnológico innovador contra el cáncer de mama, sea producido por un fabricante nacional, Landsteiner.

Lo anterior, a pesar de que éste realizó los trámites ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), que autorizó el registro de la molécula biocomparable desarrollada por Landsteiner.

El registro sanitario avala la calidad, seguridad y eficacia terapéutica de las medicinas, así como la legalidad para su fabricación una vez que venció la patente del innovador.

Inconforme con la decisión, el laboratorio Roche interpuso un juicio en materia administrativa contra la Cofepris, con la finalidad de invalidar el registro otorgado a Landsteiner. El juez primero de distrito que lleva el caso decidió, en marzo de 2019, conceder la suspensión definitiva a Roche, con lo que el laboratorio nacional está impedido de fabricar y vender su producto mientras concluye el juicio.

Arturo Morales Portas, consejero de Landsteiner, comentó que la impugnación en contra de esta decisión del juez primero de distrito está en curso. Explicó que el Trastuzumab tiene un costo para el sector público de mil millones de pesos al año. En principio, la existencia de un competidor permitiría reducir la inversión a 800 millones.

En tanto, de acuerdo con el análisis de la adenda al T-MEC firmada la semana pasada, una vez que se ratifique por los tres países y entre en vigor, habrá claridad sobre el ejercicio de los derechos de las patentes.

El documento también se refiere a la extensión de vigencia de esos derechos de propiedad industrial, que podrían darse por una única vez y por un máximo de cinco años.

Algunas disposiciones ya están reguladas y para otras el acuerdo comercial da un plazo al país de 4.5 años para concretar los cambios legales correspondientes.

La primera versión del T-MEC incluyó un párrafo en el que se obligaba a los países firmantes a tener un sistema que protegiera los nuevos usos, métodos de utilización y procedimientos de un producto conocido. En la adenda se eliminaron estas posibilidades.

Para México se abre la posibilidad de modificar la Ley de Propiedad Industrial para eliminar las patentes de procesos nuevos de fabricación o de utilización, señala el análisis, realizado por la consultora Solcargo.

Algo parecido podría darse para aclarar la posibilidad de extender la vigencia de la patente, sólo bajo ciertas condiciones y a consideración del país. Esto requiere de modificaciones legales que deben ser autorizadas por el Congreso.