París. El pulso entre el gobierno y los principales opositores a la reforma de las pensiones en Francia se intensificó ayer, al cumplirse 11 días de huelga en el transporte público en vísperas de una nueva jornada de manifestaciones.

Los usuarios continuaban ayer muy afectados. Apenas una cuarta parte de los trenes de alta velocidad y un tercio de los regionales funcionaaban, mientras casi la totalidad de las líneas del Metro de París seguían cerradas.

El debate de fondo sobre la reforma al sistema de pensiones tuvo un nuevo imprevisto con acusaciones de conflicto de intereses contra el artífice del proyecto de reforma, Jean-Paul Delevoye.

Según el diario Le Monde, Delevoye habría recibido pagos por sus servicios a instituciones privadas mientras trabajaba para el gobierno francés.

La Constitución prohíbe ser funcionario del gobierno y al mismo tiempo tener otras actividades remuneradas.

Delevoye presentó el sábado una declaración en la cual reconoce que realizó trabajos como administrador o presidente en diversos organismos, según el diario francés.

En los últimos días, el funcionario fue muy criticado por haber desempeñado dos trabajos remunerados con decenas de miles de euros.

El funcionario asumió el error y prometió rembolsar las cantidades recibidas.

El señor jubilaciones del gobierno recibió el respaldo del primer ministro Édouard Philippe, quien dijo estar convencido de su buena fe, al alejar la posibilidad de que presente su renuncia.

Cada día más preocupado de que la huelga se extienda hasta la Navidad, el premier criticó a los huelguistas que perturban la vida de los franceses.

Navidad es un festejo importante. Cada cual debería asumir sus responsabilidades. No creo que los franceses acepten que les impidan disfrutar esta fecha, declaró el primer ministro al diario Le Parisien.

Los ferroviarios en huelga anunciaron que no habrá tregua para las fiestas navideñas.

Si el gobierno quiere que el conflicto termine antes de las fiestas, tiene toda la semana próxima para adoptar la decisión de sentido común que se impone: el retiro de la reforma, declaró a la agencia Afp Laurent Brun, secretario general de CGT-ferroviarios, primer sindicato de empleados de las compañía ferroviaria SNCF.

El mayor sindicato francés, CFDT, que se había mostrado a favor del principal punto de la reforma, de unificar los 42 regímenes de pensiones en uno solo, se sumó el miércoles a la movilización después del anuncio del gobierno de introducir una edad de equilibrio, es decir, aumentar el tiempo de la jubilación hasta los 64 años.

Es muy simple, el gobierno debe retirar el punto sobre la edad de equilibrio, señaló el secretario general del CFDT, Laurent Berger.