Debido a que los efectos tóxicos por exposición al plomo no son evidentes en el corto plazo, en México se ha invisibilizado su impacto en la población, pues no sólo afecta a más de un millón de niños de uno a cuatro años en todo el país, sino a adolescentes y adultos que también están expuestos a la loza de barro vidriada con plomo, principal fuente de acumulación de este metal en la sangre.

Martha María Téllez-Rojo, especialista del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública y coordinadora del primer Reporte Nacional de Niveles de Plomo en Sangre y Uso de Barro Vidriado en Población Infantil Vulnerable, señaló que un primer impacto positivo del informe es que la Secretaría de Salud, mediante el Consejo de Salubridad General, determinó la implementación de una política nacional de gestión contra sustancias químicas, y en particular se va a poner en marcha un programa de acción inmediata para el control de la exposición a plomo.

En entrevista con La Jornada, Téllez-Rojo enfatizó que es posible tener una alfarería libre de plomo, sin afectar a las 40 mil familias que viven de esta actividad, porque no se trata de atacar esta actividad ni de aplicar un cambio radical de su técnica, sino de emplear barnices que no contengan este metal.

Explicó que la loza de barro vidriada con plomo tiene un brillo característico que hace difícil que en el mercado se comercialicen piezas sin tanto brillo, pero no hay una conciencia del consumidor sobre el riesgo a la salud que implica emplear esta loza, que debido a su proceso de cocción libera plomo cuando se usa con alimentos calientes o ácidos.

Agregó que México es uno de los países que más ha estudiado los efectos tóxicos del plomo en la salud humana, pues el primer caso documentado data de finales del siglo XIX, pero muchas veces las investigaciones realizadas aquí, han tenido mayor resonancia en otras naciones, lo que esperamos cambie porque hemos detectado que los efectos de la exposición al plomo son mucho más fuertes en población con limitaciones nutricionales, es decir, si no estás bien nutrido los efectos de absorción del metal son más evidentes.

Plomo, efecto devastador

La especialista destacó que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) no hay niveles aceptables y seguros de plomo en sangre. Simplemente es un metal que no debería estar en nuestros cuerpo, pues sus efectos son devastadores.

Afecta, indicó, cualquier órgano y en el caso de los niños puede afectar su sistema nervioso central durante su etapa de desarrollo en el vientre materno, y reducir su potencial de desarrollo de coeficiente intelectual. A largo plazo se ha documentado que favorece la hipertensión y daños renales, pero también está asociado con abortos espontáneos y la generación de problemas reproductivos en los hombres, pues afecta su capacidad espermática.

En cuanto a las fuentes de contaminación por plomo, destacó que si bien existen otras como pintura con plomo, que también se puede emplear en juguetes y muebles, la loza de barro vidriada con plomo sigue siendo la principal fuente de toxicidad por este metal en la población, ya que su uso está muy arraigado en todo el país, principalmente en la zona centro y sur del territorio.