En el contexto de la Conferencia de las Partes (COP25), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reconoce que el cambio climático es una amenaza para la capacidad de alimentar a una población mundial creciente, pero que al mismo tiempo la agricultura y los sistemas alimentarios desempeñan un papel fundamental en la resolución de la crisis climática.

Advierte que los océanos se calientan, lo que afecta a poblaciones de peces, y cada vez hay sequías más duraderas e intensas que amenazan las reservas de agua dulce y los cultivos. Esto pone en peligro los esfuerzos para alimentar a la población mundial.

Se estima que 24 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la agricultura y que en el caso de la ganadería aporta alrededor de 14.5 por ciento de esas emisiones. Por ello, se deben practicar una agricultura y ganadería más sostenibles.

Ante el cambio climático, los sistemas alimentarios deben transformarse por medio de en­foques inclusivos y multisectoriales que reduzcan las emisiones, reduzcan el carbono y aumenten la resiliencia y adaptación al clima.

En la COP25, que se realiza en Madrid, España, bajo la presidencia de Chile, la FAO participa activamente; informa que apoyará a los países para asegurarse de que los sistemas agrícolas y alimentarios sigan siendo parte de las negociaciones (...). Las áreas clave de participación incluirán la Asociación de Marrakech para la Acción Climática Global y las negociaciones relacionadas con el trabajo conjunto de Koronivia sobre agricultura.

Resalta que la aprobación de esta última en 2017, durante la COP 23, fue un importante punto de inflexión respecto de la posición de la agricultura en el discurso internacional sobre el clima.

En el Acuerdo de París, Koronivia enfatiza la importancia de la agricultura y de la seguridad alimentaria para la agenda climática. Los países acordaron trabajar juntos para abordar cuestiones relacionadas con el suelo, el ganado y la gestión de nutrientes y del agua, y considerar los impactos socioeconómicos del cambio climático en los sectores agrícolas y la seguridad alimentaria.