Internet cambia sector financiero
asta finales del siglo pasado las instituciones financieras tenían una actividad claramente definida y diferenciada del resto de los sectores económicos. Un banco tenía como funciones básicas recibir ahorros y otorgar créditos, y esas dos actividades no las podía ofrecer una empresa dedicada a la producción de otro tipo de bienes y servicios.
Había algunas excepciones en comercios que ofrecían financiamiento directo o con tarjetas de crédito para los artículos que vendían; por ejemplo, una inmobiliaria o una distribuidora automotriz podían otorgar un préstamo específico para la compra de una casa o un automóvil, pero regularmente el servicio estaba ligado a alguna instituciaón de crédito.
Esa separación de funciones entre empresas industriales, comerciales y financieras ya desapareció. Ahora, en lugar de pedir un crédito bancario, cualquier cliente de una empresa de telecomunicaciones puede solicitar dinero a su proveedor del servicio y el pago puede realizarse en meses o años con el respectivo pago de intereses.
Lo mismo sucede con otros servicios, como las cadenas comerciales. Además, las tiendas de conveniencia se han convertido en oficinas o sucursales bancarias que aceptan pagos, recargas de tarjetas y transferencias de recursos.
Otro fenómeno nuevo es el de las criptomonedas, que sin estar autorizadas legalmente se realizan transferencias millonarias y se usan para especular, sin que pasen por la vigilancia de autoridades regulatorias y bancos centrales.
Ahora, lo que está en desarrollo es un nuevo sistema financiero y monetario, donde las firmas ligadas a Internet trabajan en la creación de monedas virtuales, con la tecnología del blockchain, pero con el soporte de divisas reales, como yuanes, dólares o euros, y de activos físicos, como oro, plata o acciones bursátiles.
Esta revolución volverá obsoleta la banca tradicional, la cual tendrá que ligarse a las grandes organizaciones tecnológicas para modernizarse y atender a los nuevos mercados.
La principal razón de ese hecho es que los avances en Internet han abaratado el costo de los servicios a niveles nunca vistos y los bancos, aseguradoras, casas de bolsa y demás instituciones financieras que no se transformen se quedarán fuera del mercado.