La artista conceptual y curadora Carla Herrera-Prats (Ciudad de México, 1973) falleció en esta capital el pasado 8 de diciembre,a causa de un cáncer de mama, a los 46 años.

Egresó de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, realizó una maestría en fotografía en el Instituto de las Artes de California, en Los Ángeles. Fue becaria del Programa Independiente de Estudios Whitney, en Nueva York, y en la pasada década fue directora y consejera del programa de verano SOMA en la Ciudad de México.

Cerebro y corazón del arte contemporáneo en México

Ante el deceso de Herrera-Prats, el curador Cuauhtémoc Medina expresó a La Jornada:

‘‘Carla era uno de los cerebros y corazones del arte contemporáneo en México. Además de ser una artista muy notable a nivel individual, una parte relevante de su labor fue crear posibilidades colectivas tanto de investigación como de invención.

‘‘La conocí en 2000 cuando, junto con Montserrat Albores e Iván Edeza, abrió la Galería A, espacio de experimentación artística en la calle de Dumas en Polanco. Entre otras cosas, fue el sitio de una de las exposiciones tempranas más importantes de Santiago Sierra, de cinco hombres cargando un muro.

‘‘Posteriormente, sobre todo, es alguien que tanto en la Ciudad de México como en Nueva York conocemos por la labor de Camel Collective, que integraba en colaboración con Anthony Graves, que proponía intervenciones que tenían un aspecto político, reflexivo y de experiencia también sensible.

‘‘El Museo Universitario Arte Contemporáneo tuvo la fortuna de organizar un proyecto llamado La distancia entre Pontresina y Zermatt, con Herrera-Prats y Anthony Graves en 2017, en torno a las cartas intercambiadas por Marcuse y Adorno en relación con el movimiento estudiantil.

‘‘Las acompañaba una reflexión sobre el lugar de los ciegos en el espacio urbano y la comunicación de una especie de ceguera que además incluía un video que tenía un canal de sonido complejo hecho por profesionales de efectos de sonido.

‘‘Carla era alguien que había combinado con una belleza extraordinaria la tarea de generar el espacio para la voz, aunque también el espacio de una practica artística que formaba parte de la interrogación de un tiempo que no es sencillo. Su muerte ha sido una sorpresa terrible. Ha fallecido muy joven, cuando apenas empezaba a adquirir la importancia que su talento implicaba.”