En 2018 se recibieron 53 mil 762 denuncias contra servidores públicos, 2.1 por cada 100 funcionarios en las administraciones estatales. Pese al volumen, de 100 quejas sólo 13 terminan en sanciones, destacó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Como parte de un compilado a propósito del Día Internacional contra la Corrupción (hoy), el organismo subrayó que en 2018 fueron sancionados 6 mil 988 servidores públicos en 27 entidades federativas. Ciudad de México, estado de México, Chiapas, Oaxaca y Sonora concentran 70 por ciento.

Más allá del discurso presidencial que la ubica como antagonista para diferenciar su administración, la corrupción es un problema bastante grande, complejo y delicado, manifestó José Antonio Álvarez León, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México. La construcción del gobierno partidista generó complicidades y corrupción que se volvieron endémicas y funcionales para el sistema mexicano, destacó.

Los datos de Inegi muestran que 56.7 por ciento de mexicanos de más de 18 años consideran que la corrupción es uno de los problemas más importantes de su estado, sólo después de la inseguridad y la delincuencia. Nueve de cada 10 lo ven como algo recurrente.

Así, 14.6 por ciento de quienes tuvieron contacto con algún servidor público se vieron ante un acto de corrupción. En la Ciudad de México la proporción avanza a 20.1 por ciento y le siguen Quintana Roo y Morelos con 17.6 y 17.2, respectivamente.

Autoridades de seguridad pública son las que con más frecuencia se ven implicadas en prácticas deshonestas; 59.5 por ciento de personas que tuvieron contacto con ellas fueron extorsionadas, 30.7 lo padecieron con burócratas que tramitan permisos de propiedad y 25.1 en el Ministerio Público.

A la par, hay una cifra negra que agrupa 82.6 por ciento de casos. El argumento más recurrente para no evidenciar los casos es que se percibe que no les dan seguimiento, con 26.4 por ciento; 20.6 lo ve como pérdida de tiempo, 15.1 obtuvo algún beneficio y 13.6 dijo que no se quejó porque es una práctica muy común.