No queremos palabras inútiles
: Greta Thunberg
Sábado 7 de diciembre de 2019, p. 24
Madrid. En un ambiente festivo y reivindicativo, decenas de miles de personas se manifestaron en Madrid para advertir a los políticos y poderosos
que el mundo despertó
y ya no hay vuelta atrás en la lucha contra el cambió climático.
Convocados por más de 850 organizaciones civiles y ecologistas en Madrid para la Cumbre del Clima (COP25), exigieron a los líderes mundiales acciones para frenar la crisis ambiental.
Después de una semana de actividades de la COP25, la sociedad civil española e internacional tomaron las calles madrileñas para exigir medidas concretas y urgentes para reducir la emisión de los gases de efecto invernadero. Marchas con la misma agenda tuvieron lugar en Nueva York y San Francisco.
En la manifestación había ciudadanos de todas las edades, pero sobre todo familias con sus hijos pequeños y muchísimos jóvenes que forman parte de una generación que ha enarbolado la bandera del ecologismo como la principal causa para defender su futuro. Pues, advierten, si el planeta no subsiste el fracaso de la humanidad será de todos.
Muchos de esos jóvenes pertenecen a la organización Friday for Future, de la que es parte la popular activista sueca Greta Thunberg, quien se ha convertido en uno de los símbolos del movimiento y que llegó a Madrid para participar en la marcha.
Con la joven activista Greta Thunberg bajo todos los focos, una multitud se manifestó este viernes en Madrid para presionar a los líderes de la COP25 de la ONU a tomar acciones urgentes ante la crisis climática.
Los líderes mundiales nos están traicionando y no lo permitiremos más (...) ¡Decimos basta, ahora! El cambio viene, lo quieran o no
, lanzó Thunberg desde un escenario para cerrar la marcha que atravesó Madrid de sur a norte.
Objeto de un gran interés mediático, la joven sueca de 16 años, símbolo de la lucha medioambiental desde 2018 por su huelga escolar
que catalizó un movimiento mundial, sólo pudo acompañar un rato la marcha ya que una muralla de simpatizantes y periodistas no la dejó avanzar, y debió retirarse en un vehículo eléctrico.
Thunberg, quien llegó este viernes a Madrid en tren desde Lisboa tras cruzar el Atlántico en un catamarán por su rechazo a usar aviones por el impacto climático, clausuró la marcha con un discurso en que alentó a no cejar: Necesitamos mantener el ímpetu y alzar nuestras voces. El cambio no vendrá de la gente en el poder, vendrá de las masas
.
La adolescente declaró durante la tarde que confia en que la conferencia anual de la ONU, la COP25, alcance cosas concretas
.
Antes de la marcha, Thunberg dio una rueda de prensa ante más de 450 periodistas y afirmó: Yo solo soy una activista más y necesitamos otras personas. No hay que escucharme a mí antes que a otros... algunas personas quieren que todo siga igual y temen al cambio, pero el cambio es lo que los jóvenes estamos pidiendo. Esto es una prueba de que nuestras voces se están escuchando y por eso quieren silenciarnos
, advirtió.
Las decisiones y compromisos que se tomen en estos días comprometerán el futuro de todos (...) Decimos a los políticos en esta cumbre que no queremos palabras inútiles, sino que exigimos hechos ya
, expresó de su lado el actor español Javier Bardem, conocido defensor del medioambiente.
No hay planeta B
, Actuar ya contra el cambio climático
y Por una Tierra limpia
eran algunos de los lemas que portaban los miles de manifestantes, que formaron una inmensa columna que ocupó prácticamente todo el centro de la capital española, convirtiéndose sin duda en la manifestación ecologista más nutrida en la historia del país.
Durante la movilización se leyó un comunicado con la postura de las organizaciones participantes, el cual afirma que la movilización continuará hasta que se escuche la preocupación de la sociedad y ésta se plasme en las conclusiones de la COP25, el documento fue firmado por las casi 900 organizaciones de todo el mundo, entre las que también estaban representados los pueblos indígenas que sufren del expolio de su territorio por la depredación del capitalismo salvaje y del neocolonialismo.
En el texto se hizo alusión a Chile, país que en teoría iba a organizar la cumbre, pero que finalmente tuvo que desistir ante los disturbios. Condenamos de forma tajante y sin tapujos la violación de derechos humanos en Chile y exigimos su cese. La represión contra el pueblo chileno por parte de su gobierno es un ataque a la democracia y a la lucha por la justicia social y ambiental. Hacemos esta condena extensible al resto de zonas del mundo donde se están produciendo los mismos o parecidos procesos
, indicó el texto.
El documento adivrtió que el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado el pasado agosto, señala que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de todos los sectores es el único modo de mantener el calentamiento global por debajo de 1.5 grados centígrados; y que la comunidad científica alerta del deterioro de un gran número de ecosistemas, tanto terrestres como marinos, así como del punto de no retorno frente al cambio climático. Los recientes informes sobre el estado de la biodiversidad del IPBES (Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos) señalan que alrededor de un millón de especies entre animales y plantas se encuentran al borde de la extinción a consecuencia de las actividades humanas.
Denunciaron que hasta hoy se siguen bloqueando algunas de las cuestiones clave del Acuerdo de París –firmado en 2016– que deberían aplicarse ya. “La COP25, además de cerrar las normas sobre contabilidad y presentación de los compromisos, el conocido como libro de reglas, debería suponer un avance claro en la provisión de fondos suficientes e importantes mejoras en instrumentos como el Fondo Verde para el Clima o el Mecanismo de Varsovia para las pérdidas y daños, herramientas fundamentales para paliar las peores consecuencias que ha provocado y provocará la continua quema de combustibles fósiles.
Es inadmisible que tantos gobiernos, parlamentos, partidos políticos e instituciones públicas sigan entregados a las presiones de las grandes empresas, los bancos y los mercados financieros, en lugar de velar por el bien común, por las personas y el planeta que nos sostiene. Afrontar la emergencia climática es incompatible con que los combustibles fósiles sigan recibiendo cientos de miles de millones de euros de ayudas públicas todos los años
, afirmaron las ONG.