Las tres aspirantes a ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Diana Álvarez Maury, Laura Magaloni Kerpel y Margarita Ríos Farjat, sostuvieron ayer ante senadores que cuentan con probada independencia y autonomía, y coincidieron en la necesidad de que el máximo tribunal del país acerque la justicia a los millones de mexicanos que viven en la marginación y sin la protección de la ley.

Al comparecer ante la Comisión de Justicia del Senado, antes de la elección de hoy ante el pleno, las tres candidatas propuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador para ocupar la vacante coincidieron también en que la autonomía presupuestal del Poder Judicial de la Federación es fundamental, pero se requiere que se ajuste a los lineamientos de austeridad y combate a la corrupción que siguen ya el Ejecutivo y el Legislativo.

La académica y activista Magaloni Kerpel resaltó que está dispuesta a que le disminuyan el salario en caso de ser electa, ya que no es el ingreso lo que busca, sino ser una espléndida ministra. Expuso que a la SCJN no le toca definir la política pública ni la dirección del cambio social, porque eso compete a los poderes que cuentan con la legitimidad que proviene de las urnas.

A la Corte sólo le compete asegurar que el ejercicio del poder no desborde los límites que establece la Constitución. Agregó que uno de los desafíos más grandes que enfrentará como ministra, en caso de conseguir el voto de la mayoría de los senadores, será definir en esta coyuntura de un partido con grandes mayorías legislativas, qué decisiones corresponden a los poderes electos y cuáles están fuera de su alcance.

Ello, expuso, en un país azotado por la violencia y la corrupción, un México partido, en el que la justicia lleva demasiado tiempo torcida.

Ríos Farjat, académica, jurista y actual titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), destacó que la Corte tiene un papel fundamental en la alineación de los grandes intereses económicos y debe ser consciente de que es salvaguarda de los bienes nacionales y del funcionamiento del mercado, en términos de justicia, igualdad y equidad.

La tarea no es fácil, porque siempre existirán intereses que presionarán para mantener un sistema de privilegios a costa de los demás, a veces del interés público mismo. A su juicio, el papel del máximo tribunal es guardar un discreto pero potente papel para paliar los excesos a la hora de interpretar la Constitución.

Interrogada por los legisladores sobre su independencia del Ejecutivo, respondió que al frente del SAT jamás ha recibido indicación alguna de López Obrador ni de ningún funcionario, y que si logra acceder a la Corte actuará, dentro del marco que le permite la ley, sin ceder a presiones. Dijo estar dispuesta a que su salario como ministra sea menor al que perciben ahora en la Corte, ya que cree en la austeridad y tiene el ejemplo de su padre, quien trabajó más de 40 años en el Poder Judicial y siempre vivió en la justa medianía

Cada una compareció durante más de dos horas. Álvarez Maury aclaró que no tiene intereses personales o partidistas, ni afiliación política alguna que pudieran influir en sus decisiones y se pronunció por un tribunal con mayor apertura.

Una Corte elitista y cerrada no abona, un mayor debate la enriquecería, destacó la actual subsecretaria de Gobernación. La panista Indira Rosales preguntó a las tres candidatas sobre el aborto y, con matices, las tres coincidieron en que no debe penalizarse. Igualmente, se pronunciaron por un debate amplio sobre la legalización de la mariguana con fines lúdicos.