Guadalajara, Jal., El espacio de exhibición de Chile en la edición 33 de Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara es un polvorín de ideas. No sólo por las charlas entre autores, editores y empresarios de la industria editorial, sino por las personas que acuden a preguntar a los chilenos que ahí se encuentran qué pasa en su país.

Sucede, responde Santiago Ramírez, experto en la producción de audiolibros, que Chile explotó luego de 30 años de una ‘‘democracia’’ que hizo que el neoliberalismo se profundizara, imponiendo una sensación de individualismo.

‘‘Es un despertar. Nos estamos dando cuenta de que pertenecemos a una familia grande, a un continente que comienza a reconocer sus errores, sus dolores, su rabia”, explica a La Jornada.

“Ahora nos corresponde tener una visión más amplia, porque estamos en el inicio de una nueva etapa en la historia de nuestro país y de Latinoamérica. Necesitamos establecer no sólo un proyecto de país, sino de continente. En particular, los chilenos debemos tener la capacidad de construir ese proyecto pensando cómo queremos estar en 30 años más, porque sucede que yo, que nací en la dictadura, jamás imaginé que mis hijos vivirían lo que hoy estamos pasando.

‘‘Ya basta de tener gobernantes sin mandato, ahora los ciudadanos debemos ponernos de acuerdo y mandatarles específicamente a esos gobernantes lo que se necesita para todos. Porque el poder debe ser ciudadano, el Estado somos nosotros.”

Santiago Ramírez, quien en su país también tiene una reconocida trayectoria de actor y locutor de doblaje, destaca el papel que en el movimiento social chileno están jugando los jóvenes y, sobre todo, las mujeres.

‘‘Soy de la generación que durante la dictadura estaba en las manifestaciones gritando: ‘¡y va a caer!’ Ahora ver lo que están haciendo los jóvenes me llena de orgullo y esperanza, pero también de tristeza, porque soy padre de adolescentes y hubiera querido que ellos no vieran violaciones a los derechos humanos en Chile.

‘‘Para ser franco, a pesar de la corrupción, de los robos, algo muy adentro me hacía pensar que nunca íbamos a volver a ver lo que está sucediendo en mi país, operativos que han dejado sin un ojo a varias personas. Pensé que esa lección sí la habíamos aprendido. Eso es lo más doloroso.

‘‘Es una lección que deberíamos tener aprendida todos, desde las fuerzas de seguridad, el gobierno, los ciudadanos. Esto no debería devenir en violencia de Estado.

‘‘Por suerte están los jóvenes, manejando magistralmente sus herramientas digitales, creando redes solidarias.”

Precisamente frente al módulo chileno se esperaba la tarde del miércoles la presencia de un contingente de escritoras chilenas que escenificarían la coreografia de protesta El violador eres tú.