Además del robo y comercialización de combustible sustraído de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), el cártel de Santa Rosa de Lima, liderado por José Antonio Yépez Ortiz, El Marro, encontró en los servicios de transporte de carga una industria adecuada para lavar los recursos obtenidos ilícitamente del huachicoleo.

Para tal propósito, constituyó empresas del ramo que ofrecen sus servicios en la zona de El Bajío a menores costos, ya que el diésel y gasolina obtenidos son utilizados para sostener las operaciones de sus unidades, revelaron funcionarios del gabinete de seguridad del gobierno federal.

Yépez Ortiz mantiene el control del robo de hidrocarburos en los ductos que cruzan principalmente por el municipio de Salamanca, y decenas de policías municipales, principalmente de Guanajuato y Jalisco, le sirven como vigilantes que garantizan sus operaciones ilícitas y al mismo tiempo sirven de sicarios para enfrentar a sus rivales del cártel Jalisco Nueva Generación, lo que también le ha permitido tener movilidad y evitar ser aprehendido, señalaron las autoridades consultadas.

Investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) han logrado establecer que Yépez Ortiz y su familia crearon empresas de transporte de carga que además de movilizar el combustible sustraído ilegalmente, el capital obtenido por la venta de servicios se mezclaba con las ganancias del huachicol, introduciendo los recursos al sistema financiero nacional.

De acuerdo con autoridades federales, tanto a El Marro como a sus familiares se les han congelado más de 35 cuentas bancarias por más de 40 millones de pesos. El cártel de Santa Rosa de Lima tiene sus principales centros de operación en los municipios guanajuatenses de Villagrán, Cortázar, Santa Cruz, Juventino Rosas, Salamanca, Irapuato y Valle de Santiago.