16 de noviembre de 2019 • Número 146 • Suplemento Informativo de La Jornada • Directora General: Carmen Lira Saade • Director Fundador: Carlos Payán Velver

Territorios Productivos

Guerreros del bosque: La lucha organizada de la Comunidad de Cherán

Presentación: Miguel Macías Presidente del Consejo comunal de Cherán
Edición: Gerardo Suárez CCMSS

Un agudo proceso de deforestación colmó la paciencia de los habitantes de la Comunidad de Cherán, del estado de Michoacán, y los obligó a organizarse para detener el derribo de sus arboles por parte de grupos criminales que tenían la intención de instaurar huertos aguacateros en los montes de esta comunidad purépecha.

El comisariado del Consejo de Bienes Comunales, Miguel Macías, relata que el 15 de abril de 2011 comenzó un movimiento organizado de defensa del bosque y los recursos de la comunidad. Con este movimiento también se creó un nuevo modelo de gobierno autónomo. Este modelo es único en el país y está basado en asambleas de ciudadanos, comuneros y autoridades.

Los grupos delictivos derribaron 9 mil hectáreas de bosques, lo que afectó severamente la economía de la comunidad y propició un proceso de defensa de su territorio.

De las 18 mil 600 hectáreas con las que cuenta la comunidad, 13 mil hectáreas correspondían a bosques de pino y encino. Sin embargo, los grupos delictivos derribaron 9,069 hectáreas de bosque, que representan el 71% de la cobertura forestal de la comunidad. Esto trajo consigo una severa crisis económica a la población porque el aprovechamiento de la resina de pino era la principal fuente de ingresos para muchas de las familias. “Sin sus árboles los comuneros ya no tenían de dónde sacar su resina”, comenta Miguel Macías.

“Aunque fue muy sufrida la lucha que tuvimos que dar como pueblo, hoy en día, prácticamente, no hay actos delictivos en Cherán, el bosque se está regenerado, la fauna está regresando y la gente comienza a recuperar su empleo”, detalla el Comisariado de Bienes Comunales.

Para evitar que vuelva a ocurrir este proceso de deforestación, la comunidad decidió en asamblea prohibir la siembra de aguacate en Cherán. A aquella persona que introduzca plantas o establezca huertas de aguacate en la comunidad se le sanciona.

El Comisariado resalta que “además de darnos alimentos e ingresos, los bosques forman parte de nosotros, los pueblos indígenas tenemos una relación estrecha con el bosque, nuestros bosques sufren tienen miedo de ser devastados, por eso no queremos que sean talados”.

Luego del proceso de organización en la comunidad, a través de cuadras y fogatas para vigilar que no entraran personas ajenas a la comunidad para talar sus bosques. Se formaron grupos y brigadas de defensa para frenar a los criminales. “Todo este proceso fue muy duro y dejó heridas muy sensibles, pero ha valido la pena”.

Con orgullo platica don Miguel que “la comunidad ha logrado recuperar a la fecha un total de 7 mil hectáreas de bosque y con esto estamos volviendo a conectar corredores biológicos y la fauna está comenzando a volver”.

Hoy Cherán cuenta con un vivero forestal con capacidad de producir 2.5 millones de plantas por año, que han servido para la reforestación de sus montes y para abastecer la demanda de pueblos vecinos que les compran plantas para restaurar sus predios degradados.


Mural en Cherán K’eri (Cherán grande). Isabel Redies

Resina para conservar el bosque

La comunidad de Cherán está operando un programa de reforestación y rehabilitación de plantaciones resineras que les permita generar empleos para los comuneros y volver a poner en marcha su industria resinera. “Con la extracción de la resina no tenemos que derribar los árboles, estos siguen en pie, la gente vigila el bosque y genera ingresos para sus familias. Además, la comunidad compra a mejores precios la planta resinera a los comuneros, así ya no tienen que negociar con coyotes que solían pagar a precios más bajos”.

Miguel Macías apunta que se encuentran en un proceso para frenar la desruralización, es decir la salida de la comunidad por parte de su gente a través de la siembra de variedades de pino de calidad en lugares apropiados, para que la gente vea que se puede vivir de la resina en el campo, en su tierra y con sus familias.

Un estudio evidenció que una hectárea de pinos resineros en producción pueden generar los mismos ingresos que una huerta aguacatera en Cherán, porque el aguacate se produce una vez por año, en cambio la resina se cosecha cada mes y se paga a buenos precios. Esta es una buena opción para que las familias de los comuneros de Cherán logren obtener mejores ingresos y decidan quedarse en el pueblo viviendo bien.

Además, el comisariado indica que la resina de pino de esa región es la de mejor calidad de todo el país y es valorada por la industria que la procesa. La resina tiene un sinfín de aplicaciones en las industrias cosmética, de pintura y alimenticia, entre otras.

“En Cherán en la mayoría de las tierras no se han usado químicos ni herbicidas, de tal manera que se encuentran frutillas silvestres que conservaban nuestros ancestros y que nosotros conocemos como tomate dulce, beberegato (chile dulce) y la pitzekua, que es semejante al blue berry que nos traen de Estados Unidos, pero la que tenemos aquí es criolla y de menor tamaño por eso vemos que la mayoría de nuestras tierras aún permanecen saludables”, agrega Macías.

No obstante, el trabajo aún no termina, además del crimen organizado que tala el monte, la comunidad de Cherán se enfrenta a grandes agroindustriales que rentan tierras en la comunidad para la siembra de papa.

Don Miguel lamenta que “aún no hemos podido controlar el cuidado de las tierras completamente, ya que, desde hace dos años, han entrado en nuestra comunidad compañías dedicadas al cultivo de la papa y el verdadero problema es que utilizan muchos herbicidas y fungicidas, y hemos notado que eso perjudica al medio ambiente ya que reseca mucho la humedad de la tierra y afecta a las abejas, mariposas, chapulines, lombrices de tierra, entre otros organismos”.

En muchas otras regiones del país este modelo de renta de tierras para la producción intensiva de monocultivos ha erosionado los suelos, contaminado y secado los cuerpos de agua, y ha propiciado el abandono del campo de las familias dueñas de los predios.

Aunque en las cuatro asambleas de la comunidad de Cherán acordaron no permitir la entrada a esas empresas para la siembra de papa que están contaminando las tierras y acabando con el agua, varios poseedores de las tierras que se deciden a rentar sus parcelas se han opuesto a las resoluciones de las asambleas, esto debido a que les ofrecen un buen precio por la renta, pero no se dan cuenta que cuando su tierra ya no sirve no les van a pagar más y se quedarán también sin tierra fértil ni dinero.

La gente, en su mayoría, ya está muy consciente de la necesidad de conservar el bosque y de que para que logremos que siga en pie tenemos que estar muy atentos y ser muy comprometidos, porque nuestra comunidad es como una isla de árboles en medio de puras huertas de aguacate.

Cuando se terminen todos los arboles de las comunidades vecinas, apunta que “corremos el riesgo de que quieran venir a nuestros montes a cortar. Debemos detener ese proceso de deforestación a como de lugar. Por eso desde Cherán decimos ¡Ya basta con la deforestación! Invitamos a toda la gente a hacer conciencia sobre la importancia de los bosques para el medio ambiente y para la vida”. •