16 de noviembre de 2019 • Número 146 • Suplemento Informativo de La Jornada • Directora General: Carmen Lira Saade • Director Fundador: Carlos Payán Velver

Territorios Productivos


Manejo integral del territorio.

Para defender los bosques hay que conocerlos y trabajarlos: UZACHI

Presentación: Laura Jiménez Responsable del departamento no maderable de la UZACHI
Edición: Gerardo Suárez CCMSS

Las comunidades rurales tienen todas las capacidades y los derechos para manejar y aprovechar los recursos naturales en sus territorios. Sin embargo, problemas de sobrerregulación, leyes inconstitucionales y que vulneran sus derechos, y la ausencia de políticas públicas de fomento al desarrollo de emprendimientos productivos sostenibles en los territorios rurales impiden que las comunidades, ejidos y pueblos indígenas mejoren sus condiciones de bienestar a través de la apropiación productiva de sus territorios.

Además, leyes como la minera y la reforma energética han propiciado un escenario de despojo de tierras y de los recursos naturales de las comunidades por parte de grandes empresas. La Ley minera, por ejemplo, establece que esa actividad extractivista tiene prioridad sobre cualquier otro uso de la tierra, además, las autoridades entregan concesiones mineras a particulares sobre cualquier territorio sin notificar siquiera a los legítimos dueños de esos predios.

Algo muy similar ocurría con los bosques del país hasta la década de los ochenta. El gobierno federal los concesionaba a empresas privadas o paraestatales para su aprovechamiento, en contraparte, los beneficiarios de las concesiones pagaban una compensación irrisoria a los dueños de los territorios.

Durante la época de las concesiones forestales los bosques sufrieron una gran degradación, los empresarios no tenían el menor cuidado a la hora de extraer la madera, “seleccionaban solo los mejores árboles, ‘los descremaron’, por eso las comunidades se cansaron y en los años ochenta comenzaron con una movilización en la Sierra Juárez, en el estado de Oaxaca, para evitar que se renovarán esas concesiones por otros 25 años más”, explica Laura Jiménez, subgerente de la Unión de Comunidades Productoras Forestales Zapotecos-Chinantecos (UZACHI).

La lucha contra las concesiones fue un proceso arduo de movilizaciones en la sierra y las ciudades, que fue acompañado de un proceso legal para ampararse contra las concesiones forestales. Así, se logró que los legítimos dueños de los bosques recuperaran su derecho a manejarlos y aprovecharlos.

Pero las autoridades, resalta Laura, apostaban a que las comunidades no pudieran con el paquete que representaba manejar el bosque, porque “les impusieron una serie de requisitos que pensaron que no podrían cumplir, como la realización de los planes de manejo y las manifestaciones de impacto ambiental”.

Esta necesidad de contar con servicios técnicos forestales para manejar sus recursos forestales abrió la puerta a la conformación de la UZACHI en 1989. Las comunidades zapotecas de La Trinidad Ixtlán, Santiago Xiacuí y Capulálpam de Méndez, así como la comunidad chinanteca de Santiago Comaltepec, decidieron conformar esta unión “con el objetivo de realizar un aprovechamiento forestal sustentable a través de la provisión de servicios técnicos propios, en donde colaboran profesionistas y técnicos originarios de estas comunidades”.

Recuperar su derecho a manejar los recursos forestales en sus territorios cambió radicalmente el panorama de estas comunidades de la Sierra Juárez. Les permitió conformar sus empresas forestales comunitarias, que hoy en día generan empleos para sus pobladores en la comunidad. La gente ya no tiene que emigrar a las ciudades en busca de trabajo.

Las empresas forestales comunitarias les generan ingresos económicos y recursos que se invierten en obras sociales como habilitación de escuelas, centros de salud, caminos, alumbrado, apoyos sociales para estudiantes y adultos mayores.

Además, el aprovechamiento de la madera no ha ocasionado deterioro en los bosques, por el contrario, intervenir el bosque lo vuelve mas saludable, se reduce la probabilidad de que se incendie o se plague. Se renueva la masa forestal y se mejoran los servicios ecosistémicos que brindan los bosques como la captura de carbono y la recarga de mantos acuíferos. Los bosques oaxaqueños tienen tasa de crecimiento por encima de los de países nórdicos como Noruega o Finlandia.


Hoy son los legítimos dueños de los bosques quienes los manejan y aprovechan. UZACHI

Laura Jiménez, originaria de Santiago Xiacuí, plantea que la gestión de territorio y, en particular, el manejo del bosque, implica una responsabilidad social y ambiental para todos los pobladores. “Si bien la generación de los ingresos económicos para los habitantes de la comunidad es un objetivo importante, tenemos claro que lo indispensable es la preservación del bosque, la conservación de los recursos naturales y la generación de los diversos servicios ecosistémicos, por lo tanto, en las actividades de manejo se busca renovar masas forestales, conservar espacios y especies únicas e importantes”, asegura.

Todas las actividades de manejo de los recursos naturales en las comunidades que conforman la UZACHI se discuten en asamblea, pasan también por la aprobación de los prestadores de servicios técnicos y solo se llevan a cabo cuando se aprueban por consenso. Así es en todos los eslabones de la cadena productiva.

La participación en la toma de decisiones a nivel comunitario es fundamental para la apropiación del territorio. “Es bien cierto que nadie defiende lo que no conoce, por lo tanto, si al interior de las comunidades se genera el conocimiento, si las personas se apropian del manejo del bosque y se replica el sistema de aprendizaje a las nuevas generaciones, la población originaria será quien, a corto, mediano y largo plazo, continúe manejando y defendiendo su territorio”, explica Laura.

“La gente va a seguir buscando la conservación de sus bosques y la defensa del territorio, ante riesgos ambientales y, sobre todo, ante amenazas de empresas transnacionales que buscan saquear lo que por años se ha conservado”, subraya la maestra Laura Jiménez.

Este 2019 la UZACHI cumplió 30 años de trabajo comprometido con el acompañamiento de las comunidades que la conforman para consolidar sus emprendimientos productivos sostenibles. Una de las claves de esté éxito es la generación de capacidades locales, pues los mismos comuneros y comuneras son quienes asesoran, realizan cada una de las actividades al interior del bosque y generan conocimiento local a través de monitoreo participativo de la biodiversidad, del espacio productivo forestal, del suelo y el agua. Esto ha convertido a la unión en un referente a nivel nacional e internacional.

A través del manejo forestal, la gobernanza local sólida y el tejido social afianzado se ha mejorado la calidad de vida de los habitantes con la inversión de las utilidades provenientes de la comercialización de los productos forestales en obras y proyectos sociales.

Para Laura es un privilegio vivir en esta región de la Sierra Juárez, “acá tenemos una buena vida que es resultado de manejar los bosques de forma sostenible y de producir los alimentos con técnicas ancestrales”.

Sugiere que “sin duda alguna el modelo de manejo forestal y el fortalecimiento de la gobernanza de las comunidades se debe consolidar en todo el país, hay que continuar con la formación de las nuevas generaciones de jóvenes y niños, porque ellos serán los futuros líderes comunitarios, quienes tendrán la responsabilidad de buscar un beneficio comunitario, a través de la gestión y defensa integral del territorio”.

La subgerente técnica de la UZACHI añade que “las comunidades debemos fomentar la identidad cultural y la comunalidad para que los habitantes de las comunidades decidan radicar en su tierra, que participen en la toma de decisiones y se apropien del manejo de los recursos locales. Solo así tendrán la convicción de defender su territorio y buscar siempre el bienestar colectivo”. •