Moscú. Preocupada por el futuro de los grandes proyectos en Bolivia acordados por sus consorcios públicos con el gobierno del ex presidente Evo Morales, Rusia reiteró ayer que lo que está pasando en el país su-damericano es un asunto interno de un Estado soberano, al tiempo que evitó criticar que la senadora Jeanine Áñez se haya proclamado mandataria en funciones hasta que se elija nuevo presidente.

Citado por las agencias noticiosas rusas, el vicecanciller Serguei Riabkov –quien forma parte de la comitiva del presidente Vladimir Putin en la undécima cumbre de los BRICS–, desde Brasil dio a conocer la posición de Rusia respecto de la gobernante interina.

Aunque puso en entredicho que el nombramiento de Áñez haya cumplido todos los requisitos, Riabkov dio a entender que Rusia asume como irreversible que la legisladora opositora estará al frente de Bolivia de modo provisional.

Al momento de votar su candidatura no había el quórum requerido, dijo Riabkov: Vemos en ello cierto aspecto (de falta de legitimidad) que tomamos en consideración, pero es evidente que ella será considerada como mandataria en funciones de Bolivia hasta que una nuevas elecciones permitan elegir presidente.

El vicecanciller, siguiendo la línea marcada por el Kremlin de no afectar los intereses económicos de sus consorcios en Bolivia, enfatizó que el nombramiento de Áñez es un asunto interno boliviano, aunque repitió la tesis de que todo lo que precedió al cambio de poder (en Bolivia) lo interpretamos como acciones que de hecho equivalen a un golpe de Estado.

La vocera de la cancillería, Maria Zajarova, afirmó que no se trata de reconocer como proceso legítimo lo que sucedió en Bolivia, nada ha cambiado en la posición de Rusia.

Y agregó: Bolivia necesita calma, un diálogo pacífico, es importante restablecer el funcionamiento de las instituciones públicas en el campo constitucional, así como que todos los miembros de la comunidad internacional practiquen una política responsable.