Viernes 8 de noviembre de 2019, p. 24
Madrid. Ayer fue el turno de las mujeres para exponer las posturas de sus partidos en los temas cruciales –a un par de días de los comicios generales–, y tratar de obtener el voto de los indecisos.
Al debate acudieron las contendientes de los cinco partidos: María Jesús Montero, ministra de Hacienda, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE); Ana Pastor, diputada del Partido Popular (PP) con amplia trayectoria parlamentaria y de gobierno; Inés Arrimadas, de Ciudadanos (C’s), una de las parlamentarias más activas de Cataluña; Irene Montero, de Unidas Podemos (UP), y Rocío Monasterio, del partido de extrema derecha Vox.
Durante el encontronazo destacó la contundencia de la diputada de C’s, que arremetió contra el bipartidismo
y la corrupción sistémica heredada por el PP y el PSOE; además de poner sobre la mesa la urgencia de adoptar medidas contundentes para una solución al conflicto catalán.
La que sufrió los peores ataques fue la candidata socialista y máxima responsable de las finanzas públicas, María Jesús Montero, quien escuchó duras críticas a su gestión por el aumento de la tasa del paro, así como acusaciones directas a la mala gestión de la crisis catalana por el gobierno que representa.
A pesar de su larga experiencia política, la candidata del PP, Ana Pastor, se mostró errática, insegura y hasta torpe en el manejo de los datos y con escasos reflejos para responder a los ataques.
Rocío Monasterio insistió en defender las propuestas racistas, xenófobas y misóginas de Vox, su formación política, al tiempo que defendió la propuesta de proscribir los partidos independentistas y hasta la eliminación del actual sistema autonómico tal como está concebido. Desde la izquierda de UP, Irene Montero puso sobre la mesa iniciativas para que el Estado controle los precios del alquiler de la vivienda, la creación de empresas públicas para generación y distribución de la energía eléctrica y hasta la de una banca pública que otorgue créditos a bajo interés.
Uno de los asuntos más espinosos fue la violencia machista y las sentencias en las que se ha juzgado las violaciones en grupo, en las que el Código Penal español contempla penas de menos de 13 años, pero sobre todo porque no asume como violación este tipo de vejaciones, salvo que se registre una agresión flagrante y directa. El debate volvió a poner en evidencia las hondas diferencias entre los partidos.
Ante el auge de la formación de extrema derecha Vox, que según todos los sondeos será la tercera fuerza del país, casi un millar de académicos universitarios unieron su voz para denunciar las manipulaciones, medias verdades y mensajes incendiarios que forman parte de su ideario político. El objetivo es cerrar el paso a un discurso que fomenta el odio al extranjero, el miedo al diferente, la negación de la violencia machista y el falseamiento del origen de la desigualdad en la sociedad.
El mundo académico dio un paso al frente y en un manifiesto firmado por casi un millar de académicos de centros universitarios de todo el país se advierte que desde su aparición en la esfera pública española en 2013, y muy especialmente durante el transcurso de las recientes campañas electorales, los dirigentes de Vox han construido parte importante de su argumentario político por conducto del falseamiento y la manipulación de datos e informaciones diversas. Apelando a fuentes estadísticas e informes sociológicos han pretendido establecer supuestas relaciones de causa-efecto entre inmigración ilegal y delincuencia urbana, población extranjera y violaciones en grupo, o el coste del funcionamiento del Estado de las Autonomías
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