Después del huracán del neoliberalismo que destruyó todo, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es una tabla de salvación. Es lo que quedó de pie y en este gobierno nos vamos a apoyar en él, para llevar a cabo el plan de salud, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El mandatario encabezó la 110 Asamblea General del Seguro Social y a diferencia de años anteriores en que el máximo órgano de dirección del organismo conocía y aprobaba el informe de labores y plan de trabajo del director, ayer la sesión se reanudó con las participaciones de los representantes de los sectores patronal y de los trabajadores.

Francisco Cervantes Díaz, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), comentó las carencias que enfrenta el instituto, pero también expresó su reconocimiento y respaldo al trabajo del presidente López Obrador en el tema de salud. Señaló que la industria quiere que crezca la inversión productiva que genera empleos y ratificó el compromiso y confianza del sector empresarial en la actual administración. Es por el IMSS y es por México.

Luego tocó el turno a Carlos Aceves del Olmo, dirigente de la Confederación de Trabajadores de México. Aunque con dificultad, se mantuvo de pie para indicar que en este sexenio se dará al Seguro Social la importancia que tiene. El instituto ha tenido grandes épocas y vienen mejores.

Enseguida, el titular del Ejecutivo entregó los premios IMSS a la competitividad y reconocimientos especiales a Rubén Argüero, cardiólogo que realizó el primer trasplante de corazón en México, así como a Javier Cabral Soto, por su trabajo al frente de IMSS Bienestar, donde en la década de los 90, entre otras acciones, puso en marcha el programa Centros de Atención Rural al Adolescente, cuyos resultados positivos en la prevención del embarazo, violencia y adicciones también son reconocidos por López Obrador.

En su discurso, el mandatario informó que el IMSS tiene experiencia, profesionalismo y presencia en todo el país. Es una dicha contar con el instituto que es tripartita y por eso es único y excepcional.

Es una tabla de salvación porque se afectó mucho a la salud en los 36 años del periodo neoliberal. Insistió en la situación de la Secretaría de Salud a la que dejaron como un cascarón por la decisión de transferir los servicios a los estados y la creación del Seguro Popular. No se manejaron bien las cosas.

Lo que quedó fue el IMSS. Por eso ahora, dijo, en esta etapa nueva en la prestación de los servicios de salud se garantizará el derecho del pueblo a la salud. Nos vamos a apoyar en el IMSS. Se mantendrá el régimen ordinario y para el IMSS Bienestar esta será su mejor época desde su creación, sostuvo.

Ambos esquemas se reforzarán a fin de que no falten las medicinas ni el personal médico, sobre todo en las zonas rurales de indígenas. Reiteró su compromiso para basificar a quienes tienen contratos por honorarios y de eventuales, así como la decisión de buscar que los médicos especialistas que se vayan a trabajar a los lugares más alejados ganen más respecto de quienes se quedan en las ciudades.