Opinión
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T-MEC: deshojar la margarita // Pelosi: juicio político, prioridad

E

n materia del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) es posible que de su aprobación expedita (a punto de turrón, Seade dixit) rápidamente se transite a una posposición planeada, porque para los gringos la prioridad es el juicio político ( impeachment) en contra del salvaje de la Casa Blanca, de tal suerte que en lugar de una alegría contenida por la presunta proximidad de la firma del acuerdo comercial, el gobierno mexicano se vea en la penosa necesidad de esperar a que el vecino del norte resuelva sus prioridades políticas.

Apenas una semana atrás, el presidente López Obrador señaló que el Congreso mexicano hizo su tarea y aprobó los términos del T-MEC, lo que va a jugar un papel muy importante, porque se van a incrementar la inversión extranjera y el comercio exterior; nuestro país es una opción, una alternativa de inversión en el mundo; hay reacomodos que se están dando en la economía mundial por razones comerciales, y se coincide en que México está llamado a ser un sitio especial para la inversión. Entonces, el tratado va a reafirmar esa creencia, esa idea que existe a nivel mundial sobre el papel de nuestra nación. En vez de estar pensando en invertir en otras partes, se está pensando en invertir aquí, y eso significa empleos, desarrollo, bienestar, y por eso nos importa mucho el tratado.

A dúo, Jesús Seade, subsecretario para América del Norte de la SRE y representante del gobierno mexicano en las negociaciones de dicho tratado, dijo que la aprobación del T-MEC en los congresos de Estados Unidos y Canadá “está a punto de turrón; confiamos en que estamos en el umbral de la aprobación final de este tratado en los espacios restantes de Norteamérica… Una vez ratificado el tratado por los tres países, y una vez intercambiadas las notificaciones mutuas, a partir de la última notificación, tres meses después, tres meses completos después entra en vigor. Entonces, es cuestión inevitablemente de meses. Pero lo que importa más es la señal a nosotros, a los inversionistas, de que hay tratado”.

Y para compartir su entusiasmo, Seade subrayó que, en los hechos, la firma “podría darse en unas cuantas semanas. Tengo plena confianza, bueno, confianza, quito lo de plena para no ser excesivamente optimista, tengo confianza en que antes del receso de invierno del Congreso de Estados Unidos se lance la… o sea, el punto clave es que la señora Pelosi decida llevar esto a votación”.

Sin embargo, tanto para la señora Nancy Pelosi, líder de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, como para los demócratas en su conjunto, la prioridad es dar curso y solidez al juicio político contra Donald Trump, y a pesar de que la propia dirigente afirmó ayer que el acuerdo para sacar adelante al T-MEC se alcanzará pronto; estamos cerca de hacerlo, en realidad su tiempo y dedicación, como los de su partido, se concentran en el impeachment contra el salvaje de la Casa Blanca.

En consecuencia, ayer mismo la Cámara de Representantes votó favorablemente (232 contra 196) para continuar el proceso de investigación con el objetivo de destituir a Trump, y fue la propia Pelosi la que hizo el anuncio formal, no sin antes subrayar: no sé por qué los republicanos tienen miedo de la verdad.

De lograrse, la caída de Trump sería un gran regalo para la comunidad internacional, la cual bien podría organizarse para levantar el tiradero que ese nefasto personaje ha dejado en menos de tres años de estancia en la Casa Blanca, pero en vía de mientras, para el caso mexicano, todo apunta a que el celebrado punto de turróndel T-MEC deberá esperar algo más.

Las rebanadas del pastel

Más allá de ataques hepáticos en Palacio Nacional,lo mejor es perfeccionar sustancialmente la calidad y capacidad de respuesta de la comunicación gubernamental para evitar broncas y encontronazos innecesarios. Y desde el inicio de la presente administración uno de los huecos más evidentes ha sido, precisamente, el de la comunicación institucional.