Miércoles 30 de octubre de 2019, p. 28
La Paz. La ola de protestas contra la relección del presidente Evo Morales continúa en Bolivia, donde el gobierno propuso ayer al candidato opositor Carlos Mesa sumarse a una auditoría internacional de los comicios para detener una violencia callejera que la Organización de Naciones Unidas (ONU) instó a detener de manera urgente
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Luego de las protestas del lunes que dejaron 30 heridos, el vicepresidente Álvaro García propuso a Mesa, a quien calificó de mal perdedor
, que se sume a la auditoría
de los comicios del 20 de octubre, que estará en manos de la Organización de Estados Americanos.
García detalló que la auditoría, que aún no tiene fecha, será acompañada por México, Paraguay y Perú.
Mesa, político centrista que fue presidente entre 2003 y 2005, respondió que sólo aceptará si (Morales) está dispuesto a no validar el resultado del Tribunal Supremo Electoral (TSE)
mientras se realice la auditoría y si se le reconoce un carácter vinculante
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El ministro de Comunicación, Manuel Canelas, señaló: Nosotros nos sometemos a lo que concluya la auditoría
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Los opositores cuestionan los resultados de las elecciones del pasado día 20, que inicialmente anticipaban una segunda vuelta, pero tras un corte de 20 horas en el conteo rápido de votos se dio como ganador a Evo Morales en primera vuelta, lo que generó sospechas de fraude. El TSE confirmó el viernes 25 el triunfo del mandatario.
En La Paz, manifestantes opositores bloquearon calles y chocaron con agrupaciones de mineros y campesinos oficialistas provenientes de zonas andinas llegados para cercar la ciudad y cortar el suministro de alimentos y la provisión de agua potable.
Choferes del transporte público también enfrentaron ayer con palos y piedras a manifestantes en un intento por romper los bloqueos. La policía dispersó con gas lacrimógeno a ambos bandos.
Los cortes a la circulación vehicular más drásticos son en la zona sur de la capital, cuyos habitantes son de clase media y alta, contrarios a Morales. Ahí también se exacerbó la pugna racial, en un país donde las familias más pobres son indígenas.
Choques similares tuvieron lugar en barrios y ciudades como Cochabamba y Santa Cruz.
La ONU llamó a los actores políticos y sociales a reducir tensiones y rechazar todo acto de violencia
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