Lo que vivimos jamás habría sucedido si tuviésemos una educación pública de calidad, afirma rector universitario
Miércoles 30 de octubre de 2019, p. 4
Las sinfónicas Nacional de Chile y de Antofagasta, así como la Orquesta de la Universidad de Talca, efectúan conciertos gratuitos en las calles en apoyo a las demandas del movimiento ciudadano en ese país.
La Universidad de Chile difunde el video del concierto del lunes de la Sinfónica Nacional, cuyo rector, Ennio Vivaldi, dice ahí que las universidades públicas de ese país no responden a intereses de nadie.
‘‘Lo que vivimos no hubiera ocurrido jamás si hubiéramos tenido una educación pública de buena calidad.”
Añade: ‘‘Cada integrante de la orquesta está aquí por su gran talento; son libres de expresarse como es libre de expresarse toda la universidad pública y estatal’’.
Vivaldi destaca que la universidad es capaz de ‘‘entregar al país lo mejor, al pensar la democracia, una nueva Constitución, un nuevo sistema de salud, cómo la recuperamos, cómo rearmamos, después de todo lo que se llevaron, pensiones decentes para los chilenos. En todo eso vamos a estar al lado de ustedes”.
La presentación se hizo en el frontispicio del Teatro de la Universidad de Chile, cercano adonde se realizó la protesta del viernes pasado. Participaron unos 75 integrantes de la Sinfónica Nacional, junto con el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile y la Camerata Vocal, así como los músicos Roberto Márquez y Nano Stern.
El músico Juan Pablo Aguayo, quien dirigió a la agrupación, menciona: ‘‘Esta orquesta, que tiene el nombre de Sinfónica Nacional de Chile, es de todos ustedes. El tema que debiera unirnos y convocarnos es luchar por un país más justo, más igualitario, donde los ricos de este país, que son inmoralmente ricos, entiendan que el país no puede ser gobernado por unos pocos”.
Enseguida se interpreta el primer movimiento de la Quinta sinfonía de Beethoven, mientras se escuchan los primeros cacerolazos de la manifestación de ese día. Siguen La jardinera y Gracias a la vida, de Violeta Parra; Morena esperanza, de Illapu; La muralla, de Quilapayún, y Danza húngara, de Brahms.
Un momento culmen de la jornada fue con El pueblo unido jamás será vencido, reconocida pieza de Quilapayún, compuesta por Sergio Ortega. Centenares de personas cantaron los versos que han protagonizado las marchas.
El cierre se hizo con la interpretación El derecho de vivir en paz, de Víctor Jara, canción que se ha erigido en himno de las movilizaciones.
Hay que cambiar el corazón
Al finalizar el concierto, Roberto Márquez, director de Illapu, sostiene: ‘‘El arte está ocupando un rol increíble, una canción puede dulcificar los espíritus. Nuestro pueblo está pidiendo que se le escuche, hay que preguntarle si quiere una nueva Constitución que posibilite cambios reales en nuestra sociedad. Hay que cambiar el corazón”.
Diego Matte, director del Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile, dice: ‘‘Tiene mucho sentido realizar estas actividades. Es nuestra verdadera vocación y estamos comprometidos con la situación del país. Las artes expresan eso, como mucha música que se escribió en momentos históricos de conflicto”.
Según la chilena Radio Bío-Bío, también el lunes la Orquesta de la Universidad de Talca utilizó la música para manifestarse. Con arreglos de Diego Muhr y Camilo Rocca, interpretó una versión adaptada del himno nacional, a la que llamaron Himno del terror.
‘‘Que los gritos de todos nos libre, nos dé asilo contra la opresión. Que los gritos de todos nos libre, nos dé asilo contra la opresión. Y marchando con la voz de la gente, haga siempre al tirano temblar”, decía la renovada letra de esa canción.