La noche del pasado viernes se inauguró en una galería del Centro Histórico de la ciudad la exposición Luchas que germinan, integrada por 14 ilustraciones de artistas mexicanos y latinoamericanos, y concebida como un homenaje artístico en memoria de los defensores de derechos humanos ambientales que han sido asesinados en años recientes en el país.

José Miguel Olvera, integrante de la organización civil Contaminantes Anónimus –uno de los colectivos organizadores, junto con Entrar en Ambiente– señaló en entrevista con La Jornada que el propósito de la muestra plástica es recordar el enorme riesgo en el que trabajan los ambientalistas en México.

El activista recordó que entre 80 y 90 por ciento de los defensores de la tierra y el medio ambiente que sufren algún tipo de ataque son indígenas, y que hasta 98 por ciento de las agresiones quedan en la impunidad total, lo que a final de cuentas sirve como un incentivo para que ocurran nuevos actos de violencia en su contra.

De igual forma, Olvera señaló que México es el sexto país del mundo más peligroso para los activistas ambientales, sólo detrás de Filipinas, Colombia, India, Brasil y Guatemala –según datos de la organización internacional Global Witness–, pues en 2018 fueron asesinados 14 activistas especializados en temas ecológicos, y hasta julio de este año van 13.

Entre las víctimas más recientes se puede mencionar a Nora López, coordinadora de un proyecto de reproducción de la guacamaya roja; José Luis Álvarez, defensor del santuario del mono saraguato; Samir Flores, opositor a la instalación de una presa termoeléctrica, y Julián Carrillo, líder rarámuri y defensor de los bosques en Chihuahua.

Por otro lado, Olvera señaló que Puebla y Oaxaca son los estados donde han ocurrido más ataques contra ambientalistas (donde existe una gran cantidad de megaproyectos de diversos tipos), y que en 36 por ciento de las agresiones, el responsable ha sido un servidor público.