La comparecencia del titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, en el Senado, para explicar el operativo del pasado 17 de octubre, en Culiacán, Sinaloa, se pospuso para la primera semana de noviembre.

Durazo Montaño había sido citado para acudir al Senado a la glosa del Informe presidencial, pero el miércoles pasado, a propuesta de todas las fuerzas políticas, fue llamado a comparecer en torno a los hechos violentos en Culiacán, durante el operativo en que se capturó y luego se dejó en libertad a uno de los hijos del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera.

Durante una larga discusión en el pleno del Senado, el martes pasado, se planteó que pudiera ser una semana después –en la primera fecha ya acordada–, pero se dejó a la mesa directiva, que preside Mónica Fernández (de Morena), definir la fecha exacta y si sería en comisiones o ante el pleno.

Sin embargo, se decidió que será hasta la próxima semana, después del Día de Muertos, cuando el secretario acuda al Senado, posiblemente el 5 de noviembre. Antes debe hacer llegar un informe pormenorizado de los hechos violentos en Culiacán.

El senador del PRI por Sinaloa, Mario Zamora, resaltó que se requiere saber qué fue lo que realmente pasó y quiénes fueron los responsables de ese operativo que puso en riesgo a las fuerzas armadas y a la población.

Manuel Añorve, su compañero de bancada, resaltó que hay versiones contradictorias que hablan de que el detenido y luego liberado no fue Ovidio Guzmán, sino otro de sus hermanos, por lo que es necesario que Durazo Montaño acuda al Senado.

La intención, sostuvo el coordinador del PRD, Miguel Ángel Mancera, no es confrontar al funcionario, ni politizar los hechos, sino dialogar sobre lo que pasó el 17 de octubre en Culiacán, donde fue evidente un operativo fallido y la asimetría de recursos humanos y materiales entre el crimen organizado y la autoridad.

Otro de los tema a tratar con el responsable de seguridad pública es la necesidad de poner alto al tráfico de armas que provienen fundamentalmente de Estados Unidos y que son utilizadas por los cárteles de la droga para imponer el terror en muchas entidades.