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Impulsa Checo Valdés obra gráfica en beneficio de grupos vulnerables
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¡Hey, despierta! (2018), xilografía de Flor Kirschner, formó parte de la muestra a beneficio de Kalli Luz Marina.Foto Ana Rosa Figueroa
 
Periódico La Jornada
Domingo 27 de octubre de 2019, p. 5

Esta semana se realizó en la Casa de Coahuila en la Ciudad de México una exposición y venta de obra gráfica en beneficio de Kalli Luz Marina, organización para mujeres que sufren violencia, cuya sede se encuentra en Zongolica, Veracruz, como parte del tercer Festival de Arte Popular México-Alemania 3.1, que se inició en 2018 en Múnich, replicado acá. En cada festival se beneficia a algún grupo vulnerable.

En cada caso nos ha asesorado la red nacional Todos los Derechos para Todas y Todos. Según el tema, nos dicen cuál es la organización más necesitada, explica Sergio Valdés Rubalcaba, pintor e impulsor del festival.

En 1998, Checo Valdés, entonces docente de la Universidad Autónoma Metropolitana, dirigió el mural Vida y sueños de la cañada Perla, mejor conocido como El mural de Taniperla, destruido horas después de terminado por un operativo policiaco militar, y Valdés fue encarcelado por un año 15 días. A raíz de esto, el mural se volvió icónico y ha sido reproducido en diferentes partes del mundo. Tras una invitación en 2015 a Múnich, nació la idea del festival, que se ha realizado tanto en el país germano como en México.

El primer tema fue Afectados ambientales (2015), el segundo Migración y refugio (2016) y el tercero Equidad de género: no se nace mujer, se llega a serlo (2018).

En entrevista con La Jornada, Valdés también adelanta que está en proceso la impresión de su manual Método de mural comunitario participativo, que se ha probado con un sinnúmero de obras, empezando con El mural de Taniperla.

El método es universal, funciona desde el sótano del subdesarrollo hasta el primer mundo, afirma el artista. Es un texto dirigido principalmente “a indígenas con alto grado de analfabetismo. Me basé en cosas pedagógicas que conocía por mi experiencia docente, aunque con espíritu de gente sencilla. Lo diseñé para el caso (de El mural de Taniperla)”.

La segunda oportunidad para probar su manual fue en la cárcel de Cerro Hueco, en Cintalapa, con indígenas de otro municipio también desmantelado. Al salir de su reclusión, Valdés empezó a conocer semillas muy significativas de su método.

Explica que consiste en consultar a la comunidad lo más rigurosamente posible, con tres o cuatro preguntas, sobre qué moviliza el interés personal y la consciencia social, qué es relevante para toda la comunidad. Allí tienen que pensar en lo holístico.

Los participantes no necesariamente son artistas, anota Valdés: La capacitación que hemos diseñado para esto es para intervenir socialmente en torno a la posibilidad de hacer un mural con las ideas y las manos del barrio o la comunidad.

Hay otro proyecto editorial, un libro anecdótico, la memoria del proceso, el encarcelamiento, hasta el presente. Despúes vendrá un volumen teórico. Valdés anota que tanto en Chiapas como en México y Francia existen tesis sobre esta práctica muralística. El sociólogo francés Yvon Le Bot nos encargó una intervención comunitaria en Oventic. Como se hizo en lona, lo pudimos llevar a París.