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Ver día anteriorMartes 15 de octubre de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Idiotez política contra kurdos
Q

ué perfidia. ¿Existe una palabra más solemne que pueda aplicarse a semejante traición? Los kurdos, aliados de Occidente, son traicionados una vez más. Antes Kissinger, ahora Trump. Y aquí vienen de nuevo los turcos con sus juegos fronterizos, fingiendo que combaten el terrorismo cuando están perfectamente preparados para ayudar a Al Nusra en Afrin, en tanto el petróleo de Isis fluye hacia su país. Y de pronto Trump cae en cuenta de que los turcos no son buenos aliados, cuando hace cuatro días estaba feliz de dejarlos invadir el norte de Siria.

Nada puede ser más ilustrativo del manicomio en Washington que la política descabellada y divisionista que los estadunidenses aún afirman sostener en el norte de Siria. Cien mil desplazados, docenas de civiles muertos. En Damasco, el régimen de Bashar al Assad debe de estar apreciando esta farsa, aunque las posibilidades de recuperar territorio de manos de Turquía probablemente parecen mucho más peligrosas ahora. Pero la perspectiva de que los invasores de Siria se combatan unos a otros suscitará amargas reflexiones en un Estado en el que el gobierno casi ha ganado su guerra.

En cuanto a Trump mismo, sus ridículos comentarios sobre Turquía y los kurdos –y sobre Normandía, por todos los cielos, e incluso sobre la Segunda Guerra Mundial– sólo prueban una vez más que el jefe de la Casa Blanca ha perdido la razón. Los estadunidenses salen de Siria, nos dijo hace meses. Luego vuelve a decirlo. Y esto, antes de que alguien haya pensado en la resurrección del Isis, tal vez escapando de sus prisiones en la frontera. ¿Una vez más tendremos al Isis en Europa? ¿O huyendo entre los 3.6 millones de refugiados con los que Turquía ha amenazado a Europa?

No sólo Trump desencadena el caos. Es todo el imperio estadunidense, su demencial política exterior y la corriente de partidarios de Trump, cuya ignorancia está ahora en el centro del establishment de Washington. ¿Cómo puede la Unión Europea quedarse tan campante mientras Turquía ha adoptado lo que parece ser una limpieza étnica en gran escala? Porque son sus milicias árabes las que ahora aparecen en el norte de Siria. ¿Cómo puede alguien justificar esta vileza?

Qué manera tan trágica, aterradora y deplorable de traicionar a los kurdos. ¿Así es como Erdogan pretende pasar a la historia, después de 16 años en el poder? Primero acusa a su propio ejército de estar detrás del intento de golpe en su contra en Turquía, y luego envía a ese mismo ejército a Siria. Tal vez Erdogan y Trump tienen más en común de lo que imaginamos.

Pero los sucesos de la semana pasada también han mostrado cómo la gobernabilidad internacional se ha derrumado en Medio Oriente, cómo la falla en los centros de poder –sobre todo en la nación más poderosa de la Tierra– ha conducido a una guerra endémica y sin solución posible. Por culpa de la misteriosa estupidez de Trump, docenas perecen ahora en la región. Medio Oriente vive ahora en un mundo triste y peligroso, y lo será cada vez más en las próximas semanas.

Qué lejanas parecen las revoluciones de 2011, con qué rapidez han desaparecido las pequeñas luces de esperanza. Egipto es hoy una dictadura brutal. Libia continúa en el caos. Lo mismo Yemen. No existe una sola democracia funcional en el mundo árabe (salvo quizá Líbano). Y los estadunidenses todavía creen en las nuevas libertades en Arabia Saudita… aunque no, desde luego, para un periodista perdido, residente en Estdos Unidos, cuyo cuerpo desmembrado quizá jamás podremos encontrar. Hoy habría que escuchar la voz de Jamal Kashoggi. Pero su memoria ha sido borrada por la sumisión total de Trump a la familia real saudita. Perfidia, ni más ni menos.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya