Domingo 6 de octubre de 2019, p. 30
Se requiere de un cambio radical en la asignación de responsabilidades en las políticas contra la violencia de género, de acuerdo con académicos universitarios que participan en un taller llamado Detox de masculinidad
, coordinado por la Comisión de Igualdad y Equidad Género y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Para Chris Gruenber, quien imparte el taller, tenemos que organizarnos políticamente entre los varones, juntarnos para crear espacios de discusión, de debate público porque las mujeres tienen la capacidad de movilizar a 300 o 500 mil para una marcha, pero los varones no tenemos capacidad política de organizarnos en el espacio público
.
El taller, que está diseñado para impartirse en tres sesiones, forma parte de las actividades organizadas por la CIEG, una comisión de reciente creación en el IIJ que, sin embargo, ya ha generado un amplio plan de trabajo; su objetivo fundamental es lograr que el IIJ sea un espacio libre de violencia de género, y para ello ha organizado actividades muy diversas, y entre éstas se incluyó este taller.
El Detox de masculinidad considera que los privilegios masculinos son la principal causa de los patrones estructurales de violencia y desigualdad de género en la masculinidad hegemónica.
Gruenberg, abogado por la Universidad de Buenos Aires y maestro en derecho por la Universidad de Harvard, con 15 años de experiencia como abogado en derechos humanos, en el campo de derecho antidiscriminatorio y en el activismo LGBTI, explicó que el taller surgió como una necesidad que tengo como abogado en derechos humanos y como abogado feminista de liberar de toda responsabilidad a las mujeres por la violencia de género y enfocarnos en los privilegios de la masculinidad, en la masculinidad hegemónica, es decir, en las prácticas violentas de la masculinidad
, explica Gruenberg.
La finalidad del taller es que los varones tomemos conciencia de que somos parte del problema, aunque no seamos explícitamente violentos; aunque no seamos machistas, somos parte del problema y tenemos que considerar una serie de estrategias y nuevas políticas para discutir entre nosotros, sobre todo con los varones violentos. No podemos ser cómplices de la violencia de género
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