acques Chirac murió recientemente. Tenía 86 años. Ascendió toda la escala de cargos políticos y administrativos de Francia hasta ocupar entre otros la presidencia de la República de 1995 a 2007.

Con sus luces y sombras, gozó del aprecio popular, refrendado con motivo de su fallecimiento.

De su legado dan cuenta reconocidos analistas políticos. Todos ellos destacan su férrea oposición a la sangrienta intervención armada estadunidense en Irak en 2003; suprimir el servicio militar obligatorio, reconocer la culpa del Estado francés al deportar a miles de judíos a los campos de exterminio y luchar por el medio ambiente. Los campesinos lo recuerdan por la defensa de sus intereses.

No menos relevante en su trayectoria es la labor en pro del entendimiento cultural entre Francia y los pueblos originarios de África, Oceanía, Asia y América.

Chirac siempre dijo que las obras producidas hace siglos por los artistas anónimos de esos continentes no eran ‘‘éxóticas’’, sino arte primero, y así se le llama ahora.

En junio de 2006 inauguró la obra material más importante de su quehacer cultural: el Museo Quai Branly. Se llama así por el muelle y la avenida donde se encuentra, a un lado del río Sena. Diez años después le agregaron el nombre del ex mandatario.

Este bello lugar alberga más de 300 mil objetos de las culturas de África, Oceanía, Asia y América, muchos de ellos fruto del saqueo que Francia realizó en sus antiguas colonias. En la colección se mezclan aspectos artísticos, históricos y antropológicos. El único criterio unificador es que se trata de culturas no europeas.

Muere Chirac y en el museo que lleva su nombre se exponen las obras adquiridas los últimos 20 años. Y se rinde homenaje a Félix Fénéon (1861-1944), anarquista, crítico literario, fundador de revistas, defensor del arte primero y su más destacado coleccionista; promotor de la obra de Mallarmé, Gauguin, Cézanne, Gide, Van Gogh, Proust, Apollinaire, Matisse... Un visionario.