Nueva York. El autoproclamado genio estable, Donald Trump, estalló contra demócratas, periodistas y denunciantes a lo largo del día ante las demandas de la Cámara de Representantes de más testigos y documentos como parte de la investigación para formular cargos y recomendar su destitución en un juicio político, lo cual calificó anoche de golpe de Estado.

Esto es una farsa, declaró Trump en tono furioso ante los medios, al presentarse con su invitado visiblemente incómodo, el presidente finlandés en la Casa Blanca. Acusó que la pesquisa para su impeachment es un crimen fraudulento sobre el pueblo estadunidense.

Ahí, y en el transcurso del día por tuits y otros comentarios, el jefe del régimen estadunidense se fue contra todos, lanzó acusaciones sin sustento, y como siempre acusó a los medios no sólo de fabricar noticias, sino hasta de ser corruptos, y repitió que son el enemigo del pueblo.

A la vez, sin evidencia alguna, repitió su acusación de que su contrincante demócrata, el ex vicepresidente y candidato demócrata presidencial Joseph Biden, y su hijo, son chuecos.

Esta tarde Trump tuiteó que los demócratas deberían dejar de “desperdiciar tiempo y energía de todos sobre bullshit”.

La noche del martes, tuiteó: “estoy llegando a la conclusión de que lo que está ocurriendo no es un impeachment, es un GOLPE (de Estado), con la intención de quitarle el poder al pueblo, su voto, sus libertades, su religión, sus militares, su muro fronterizo,y sus derechos otorgados por Dios como ciudadanos de Estados Unidos de América”.

Y ayer, mientras llegaba a extremos casi histéricos en sus denuncias contra sus acusadores, hasta amenazó con demandas legales contra ellos, aunque aseguró una vez más que es un genio estable.

La ira presidencial se nutre ante la investigación sobre su llamada telefónica, en julio pasado, en la cual presionó al presidente ucranio, Volodymir Zelensky, para investigar a Biden y su hijo por supuestas actividades corruptas, invitando con ello a un poder extranjero a incidir en favor de Trump en la contienda electoral presidencial de 2020.

El enfrentamiento entre la cámara baja, controlada por los demócratas, y el presidente republicano, se intensificó esta mañana con el anuncio de que los legisladores emitirán órdenes directas –ya no solicitudes– a la Casa Blanca para que entregue documentos sobre la famosa llamada que está al centro del proceso de impeachment que comenzó la semana pasada.

Líderes legislativos demócratas advirtieron ayer a Trump y su equipo que cualquier intento para frenar o desviar la pesquisa será considerado obstrucción a la justicia.

“Aquí no estamos jugando… no queremos que esto se extienda por meses y meses, lo cual parecer ser la estrategia de la administración”, declaró Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la cámara baja que encabeza parte de la investigación. Nancy Pelosi, presidenta de la cámara baja, también advirtió que las amenazas de Trump contra el denunciante anónimo, cuya queja fue motivo para el inicio del proceso de impeachment, son peligrosas, y Schiff agregó que los ataques de Trump son un intento “para intimidar testigos… lo cual es una incitación a la violencia”.

El jefe de la Casa Blanca repitió su acusación de que Schiff ha cometido actos de traición y de ser un fraude quien debería de renunciar en desgracia.

Los comités de la cámara baja que participan en la indagatoria están por escuchar testimonios del personal diplomático del Departamento de Estado, a pesar de los intentos Mike Pompeo para obstaculizarlo. Kurt Volker, quien renunció a su cargo como enviado especial de Trump para Ucrania, está programado a declarar ante legisladores este jueves. La ex embajadora estadunidense en Ucrania, Marie Yovanovitch, se presentará la semana próxima, y hay más en espera.

Mientras tanto, Pompeo, el secretario de Estado, se vio obligado a confirmar que él también había estado en la línea telefónica durante esa llamada en la que Trump solicitó la asistencia de Zelensky para investigar a uno de sus contrincantes demócratas.

En esa llamada, el magnate informó que deseaba que su abogado y asesor personal, Rudolph Giuliani, fuera su interlocutor con los ucranios, y pidió que también se coordinaran con el procurador general William Barr. Trump también involucró a su vicepresidente, Mike Pence, para presionar al mandatario ucranio a impulsar investigaciones contra Biden, reportó ayer el Washington Post.

Fue la revelación de un denunciante anónimo dentro de la Casa Blanca –sólo se sabe que era un funcionario de inteligencia– sobre el contenido de esa llamada y los esfuerzos posteriores para encubrir ese intercambio, lo que detonó el proceso de impeachment.