En México, el gasto social está por debajo de la media de América Latina, región donde la evasión fiscal rebasa cuatro veces la proporción del gasto de gobierno que se destina a programas sociales y políticas de inclusión, informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Con un repunte en el crecimiento de los índices de pobreza en la región, se evidencia que las políticas de desarrollo se han recargado en las clases medias sin tocar a las élites. Sin una reconfiguración fiscal que involucre a estas últimas, se mantendrá la polarización por ingreso, sostuvo Luis Felipe López-Calva, director regional para América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

En el contexto de la tercera Reunión de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, detalló que como proporción del producto interno bruto (PIB), el gasto en desarrollo social (como transferencias monetarias, apoyo al desempleo, entre otra medidas) alcanza 1.47 por ciento en la región, mientras la evasión llega a 6.3 por ciento.

El promedio de gasto social que hacen los gobiernos de América Latina es de 11.2 por ciento del PIB. En México, la segunda economía más grande de la región y la primera en concentración de la riqueza por participación en el mercado de valores, se estima en 9.9 por ciento del PIB, según los comparativos consignados por la comisión.

El énfasis del nuevo gobierno mexicano en programas sociales que revisen la universalidad sensible a las diferencias se usó como ejemplo por Bárcena para recalcar la hoja de ruta en la región y avanzar en el cumplimiento de la Agenda 2030.

A 10 años del plazo para reducir la desigual y erradicar la pobreza extrema (que padece 10.2 por ciento de la población en América Latina), la expectativa de que ello se logre en la región es muy difícil, porque la economía no crece y la desigualdad “es el gran elefante en el bazar.

Si la región no crece por lo menos 3 por ciento per cápita en los próximos años y no reduce la desigualdad al menos medio punto, no vamos a alcanzar la mayoría de los objetivos de desarrollo sostenible y por supuesto no lograremos erradicar la pobreza extrema. El tamaño del desafío es enorme, sentenció Bárcena.

Luis Felipe López-Calva recalcó el componente territorial como uno de los más marcados para la distribución. Una Ciudad de México donde se concentra la riqueza del país, y el sureste mexicano con los mayores rezagos. Así como una redistribución en toda la América Latina que está recargada en el recorte de servicios a las clases medias urbanas sin pensar en gravar la propiedad, que es donde se concentra la riqueza.

El director del PNUD detalló que de acuerdo con las experiencias en toda América Latina se requieren reformas fiscales profundas. Ejemplificó con Uruguay, el cual redujo a un cuarta parte la pobreza en su población.