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La Biblia del oso y su traductor, Casiodoro de Reina
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e cumplen 450 años de la Biblia del oso. En septiembre de 1569 fue publicada la obra en Basilea. En ella Casiodoro de Reina invirtió 12 años de intensos trabajos y debió enfrentar graves adversidades económicas, de salud y, sobre todo, persecuciones de grupos confesionales (católico y protestantes) que veían con recelo su heterodoxia teológica.

Hago el recordatorio que se le denomina Biblia del oso porque en la tapa y la portada reproduce un grabado en el cual dicho animal de pie y recargado en un árbol recoge en su boca abierta la miel que mana de una colmena. Para una explicación de éstos y otros elementos presentes en la ilustración contribuye María Dolores Alonso Rey, con su escrito Los emblemas de las biblias del oso y el cántaro. Hipótesis interpretativa. El ensayo es incluido por Leopoldo Cervantes-Ortiz en La Biblia del oso y Casiodoro de Reina: antología de textos (CUPSA, México, 2019).

La portada interior notifica el año de impresión: MDLXIX (1569), y el colofón agrega el mes, septiembre. Wikipedia informa que se publicó en Basilea, Suiza, el 28 de septiembre de 1569, y remite a una fuente, el Diccionario bíblico mundo hispano. Nada más que al consultar dicha obra y la página citada no aparece el día sino solamente el mes. Al parecer quienes repiten con mucha seguridad los datos de Wikipedia confiaron en ella y no cotejaron la cita. Es un dato menor, pero vale la pena subrayarlo.

En el artículo anterior de esta serie comenté el recorrido de Reina después de huir de Sevilla, en el verano de 1557, llegada y estancia en Ginebra, así como su desencanto con Juan Calvino, que le llevó a partir hacia Inglaterra (https://www.jornada.com.mx/2019/09/11/opinion/021a1pol). Llegó a la capital inglesa a finales de 1558. Isabel I ascendió al trono el 17 de noviembre y fue coronada reina el 15 de enero de 1559. El cambio político en la corona inglesa atrajo al país refugiados protestantes de muchas partes de Europa, Casiodoro entre ellos.

Ya instalado en Londres, Reina intensifica las tareas de traducción bíblica, a la vez que solicita de la reina Isabel I su venia para iniciar la Iglesia española en Londres. En 1560 el permiso le es otorgado y junto con sus feligreses ocupa el templo de Santa María de Axe. En la congregación que pastoreaba, Reina abrió sus puertas a italianos y neerlandeses rechazados en otras iglesias. Entre los documentos para fundamentar la solicitud con el fin de iniciar la Iglesia española, Casiodoro de Reina redactó en enero de 1560 la Confesión de fe cristiana. Para los críticos de Reina su Confesión era ambigua, esto según la particular ortodoxia de quien lo juzgara desde una de las familias confesionales protestantes que se estaban consolidando en la segunda mitad del siglo XVI.

Por dos flancos fue cercado Casiodoro de Reina. Por un lado los agentes inquisitoriales cooptaron a Gaspar Zapata, asistente del exiliado español, quien les pasaba información sobre los escritos y actividades del personaje. En tanto, el grupo de calvinistas que le señalaba de ser oscilante en cuanto a sus creencias y simpatizar con Miguel Servet y Sebastián Castellio, pasó en agosto de 1563 a sumar un cargo grave: el de sodomía.

En la última semana de septiembre de 1563 Reina huyó de Londres. Lo hizo ante el temor de no ser escuchado por sus enjuiciadores y la sospecha que la decisión ya estaba tomada en su contra. Él y su esposa iniciaron un periplo que les llevaría a varios países, entre ellos, Holanda, Alemania, Francia y Suiza. En tanto el monarca español Felipe II puso precio a la cabeza de Reina, como quedó constancia a principios de 1564 en una carta del gobernador de Amberes a la regente de los Países Bajos, Margarita de Parma, hermana de Felipe II, en la cual se afirmaba que la corona española había gastado grandes sumas de dineros por hallar y descubrir al dicho Casiodoro, para poderle detener, si por ventura se encontrase en las calles o en cualquier otro lugar, prometiendo una suma de dinero a quien le descubriese.

A partir del otoño de 1567, en Basilea, Casiodoro de Reina intensificó su trabajo para concluir la traducción de la Biblia del hebreo y griego al español. Su salud se debilitó y estuvo a punto de morir; después escribió que lo más difícil de la enfermedad fue pensar que no iba a ver cumplido su gran sueño: la publicación de la obra bíblica. Gracias a su persistencia y a la red de amigos que lo apoyaron para reunir los fondos necesarios, en septiembre de 1569 Reina tuvo en sus manos la Biblia del oso. Hoy nada más sobreviven 32 ejemplares de los 2 mil 600 originalmente impresos.

El traductor eligió imprimir bajo el grabado del oso la segunda parte de Isaías 40:8. El versículo completo dice: Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre. Desde 1578 fue pastor luterano en distintas iglesias, hasta su muerte en Fráncfort, el 15 de marzo de 1594.