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Cecilia Canto, primera paracaidista del desfile de la Independencia

El marino Valente Mateo sufrió lesiones al tener que modificar su lugar de descenso

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▲ Participación de la Fuerza Aérea en el desfile del 16 de septiembre.Foto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Martes 17 de septiembre de 2019, p. 10

Las dos caras del cumplimiento del deber: por segundos de diferencia, el primer maestre Valente Mateo Hernández era llevado de urgencia al Centro Médico Naval por las serias lesiones que le produjo su brusca caída sobre la calle Corregidora, mientras en otro punto la sargento primero Cecilia Canto sonreía feliz por su proeza de un aterrizaje casi perfecto; ella es la primera mujer que hace un salto en paracaídas en el Zócalo capitalino durante el desfile de la Independencia.

Ambos eran parte de los 15 paracaidistas que provocan admiración en las miles de personas congregadas en la Plaza de la Constitución para disfrutar del desfile.

Para aterrizar en el zócalo se lanzan desde una altura de 2 mil 700 pies y alcanzan 200 kilómetros por hora. La operación fue en un helicóptero MI-17.

Esta vez, sin embargo, un imponderable con la velocidad del viento llevó al infante de Marina a decidir, de último momento, el uso de una zona de aterrizaje alterna para no arriesgar la vida de otros paracaidistas o incluso de los espectadores, según el reporte emitido por la Secretaría de Marina.

Cayó así, en la calle Corregidora, entre los edificios de Palacio Nacional y la Suprema Corte de Justicia, y fue atendido por personal militar. En la ambulancia 3256 de la Semar fue trasladado al Centro Médico Naval. Se le diagnosticó traumatismo craneoencefálico leve, herida de nariz y probable fractura de tobillo.

Al mismo tiempo, aunque con algunos problemas porque el viento enredó su paracaídas en las gradas colocadas a espaldas de Palacio Nacional, la sargento Cecilia Canto completaba su salto número 410.

Y mientras se despojaba de su voluminosa carga se daba tiempo para colocarse la boina y salir corriendo a la formación que saludaría al balcón central donde se encontraban el presidente López Obrador y los titulares de las fuerzas armadas.

Más tarde, rodeada de admiradores de su proeza que hacían filas para pedirle fotografías, Cecilia ponía para La Jornada las palabras precisas: Esto es al pie de la letra. Así como te dicen, tienes que hacerlo.

Reconocía a sus instructores y se declaraba feliz porque todo había salido bien. La adrenalina empieza desde que abordamos la aeronave; al ver cuando el helicóptero se está elevando y nos empezamos a preparar con los gogles, los tapones... para que todo vaya a la perfección. Mis compañeros me dieron muchos ánimos. Me dijeron que confiara en mí y sobre todo en mi adiestramiento.