Para la ceremonia del zócalo no hubo revisión ni arcos de seguridad
Martes 17 de septiembre de 2019, p. 4
Arropado por miles de ciudadanos, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio el domingo su primer Grito de Independencia con un reconocimiento para los héroes nacionales y los anónimos, a las comunidades indígenas, al heroico pueblo de México, la democracia, la libertad, justicia, soberanía, la fraternidad universal y la paz.
Desde el balcón central de Palacio Nacional lanzó 20 vivas ante un Zócalo lleno, con 130 mil asistentes que lo recibieron con gritos como ¡No estás solo!
, ¡Sí se pudo!
, ¡Es un honor estar con Obrador!
, ¡Señor Presidente, tu pueblo está presente!
y ¡El pueblo está feliz, feliz, feliz!
“Mexicanas, mexicanos: ¡Viva la Independencia! ¡Viva Miguel Hidalgo y Costilla! ¡Viva José María Morelos y Pavón! ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez! ¡Viva Ignacio Allende! ¡Viva Leona Vicario! ¡Vivan las madres y los padres de nuestra patria!
¡Vivan los héroes anónimos! ¡Viva el heroico pueblo de México! ¡Vivan las comunidades indígenas! ¡Viva la libertad! ¡Viva la justicia! ¡Viva la democracia! ¡Viva nuestra soberanía! ¡Viva la fraternidad universal! ¡Viva la paz! ¡Viva la grandeza cultural de México! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!
, arengó el mandatario en la ceremonia por el 209 aniversario del comienzo de la Guerra de Independencia, en la que portó la banda presidencial.
Por primera vez desde que buscó la Presidencia y luego de haber encabezado cinco ceremonias alternas desde la oposición, tañó en 41 ocasiones la campana de Dolores y sujetó la bandera nacional que recibió de la escolta de cadetes del Heroico Colegio Militar en el salón de recepciones, sin invitados ni funcionarios públicos presentes –a diferencia de lo que antes se hacía– tan sólo acompañado por su esposa Beatriz Gutiérrez Müller.
En dos ocasiones el Presidente asomó al balcón. La segunda vez, sonriente y satisfecho, disfrutó de un espectáculo de juegos pirotécnicos en medio de aplausos y gritos de aprobación, a los que respondió enviando abrazos. En balcones contiguos estuvieron los integrantes del gabinete y los hijos del mandatario.
Lejos de celebraciones llenas de acarreados, ahora predominaron familias completas que accedieron al Zócalo sin pasar arcos de seguridad ni revisiones policiacas. Muchas portaron recuerdos con la imagen del mandatario.
Durante seis horas disfrutaron del Festival de las Culturas de México con estampas de las 32 entidades; Eugenia León interpretó una versión de La Paloma, en la que recordó al recién fallecido artista plástico Francisco Toledo y mencionó que se hará justicia en Ayotzinapa. Y para cerrar, la Original Banda El Limón.
Al término el Presidente encabezó una recepción tipo kermés con cerca de 400 invitados –de 650 inicialmente considerados– en el patio central de Palacio Nacional, entre ellos el embajador de Estados Unidos, Christopher Landau; Jan Jarab, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos; la jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, y el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, que cenaron chicharrón en salsa verde, tostadas de picadillo, tamales de mole, atole y aguas frescas.