El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, llegará a su cita del martes en la Casa Blanca con una posición favorable para negociar con Estados Unidos los resultados del acuerdo de junio pasado, toda vez que se redujo el flujo migratorio y el presidente Donald Trump está concentrado en su pelea con China, expuso Raúl Benítez Manaut, especialista del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El investigador de temas de seguridad en América del Norte apuntó que el mandatario estadunidense tiene al menos mes y medio que no menciona la imposición de castigos a México. Desde que entró en este conflicto tan fuerte con China sobre los aranceles, está concentrado en su pelea y ha dejado un poco a México en paz, argumentó el experto.

A ello se suman las cifras alcanzadas en los 90 días de plazo que acordaron Estados Unidos y México para frenar el flujo migratorio con la amenaza de imponer aranceles a productos mexicanos. La reducción en ese periodo fue de 56 por ciento.

A diferencia de la vez anterior, en mayo, el gobierno mexicano tiene una mucho mejor posición para esto, expresó Benítez Manaut.

El gobierno de Estados Unidos ha sido insistente en convertir a México en un tercer país seguro, y si bien Ebrard Casaubón ha sido insistente en que la propuesta será rechazada, de facto esta figura existe, según el investigador del CISAN. No está reconocido como tal, aunque los centroamericanos que solicitan asilo en Estados Unidos son devueltos a México y permanecen en los albergues en espera de la cita migratoria.

El internacionalista expresó la necesidad de ayudar a estas personas porque no son delincuentes, son seres humanos, y es preciso auxiliarlos para que se inserten adecuadamente en las comunidades donde se encuentran.

Que acepten a los niños en las escuelas, que no sean rechazados, que no haya políticas xenófobas como las que se han manifestado en Tijuana, Baja California, indicó.

Si queremos que a nuestros mexicanos los trate bien Estados Unidos, hay que tratar exactamente igual a los centroamericanos en México, aseveró el especialista.

En relación con el Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica, que México puso en la mesa de negociación con Estados Unidos en espera de su compromiso y participación, Benítez Manaut consideró que es muy precario: darle 200 millones de dólares a El Salvador no sirven para nada.

Consideró que con 200 millones de dólares no se detendrá el flujo migratorio, y más bien se necesita “un Plan Marshall con 20 mil millones de dólares.