Ejemplar congruencia del gobierno e instituciones de Tlaxcala al concluir con éxito el segundo Coloquio internacional taurino
ientras algunos intentarán modificar –oootra vez– la Constitución para facilitar las consultas ciudadanas, ese recurso de los que no se dejan asesorar y prefieren preguntar a los que no ven diferencia entre derechos y gustos, en la bella ciudad de Tlaxcala concluyó el oportuno y valioso segundo Coloquio internacional taurino, dentro de la conmemoración de los 500 años del encuentro de dos culturas.
A diferencia de otros estados que presumen haber blindado la fiesta de los toros pero apenas mantienen alguna escuela taurina y ferias anuales, el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez no tuvo inconveniente en encabezar la clausura de la importante actividad y antes escuchar la conferencia 500 años de bravura en México, a cargo de Luis Niño de Rivera, en el hermoso teatro Xicoténcatl.
El gobernador Mena no fue de incógnito, sino que estuvo acompañado por la flamante secretaria de Turismo, Anabel Alvarado Varela, entusiasta titular, además, de la Comisión Organizadora para la Conmemoración de los 500 años del encuentro de dos culturas; de Juan Antonio González Necoechea, director del Instituto Tlaxcalteca de Cultura (ITC); de la diputada Luz Vera Díaz, presidenta de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología del Congreso del Estado y, desde luego, de Luis Mariano Andalco, incansable director del Instituto Tlaxcalteca de Desarrollo Taurino (ITDT), único en el país, y factótum para la celebración de ambos coloquios internacionales en el lapso de siete años.
Del 4 al 6 de septiembre, este segundo coloquio incluyó cinco mesas de opinión, seis conferencias magistrales y reveladores diálogos con el público asistente. ¿Cómo explicar con claridad a niños y jóvenes lo que es la tauromaquia si la fiesta se volvió elitista y le da la espalda al público?
, soltó una estudiante a sesudos ponentes engolosinados en su torre de marfil. Y hubo momentos de gran emotividad, de interesantes propuestas y gratas sorpresas, como el bibliófilo Salvador García Bolio, quien informó de su maravilloso acervo www.bibliotoro.com, a disposición de cuantos quieran consultar sin costo la bibliografía y gráfica taurina más amplia del mundo. Abundaremos sobre algunas propuestas.
Pero el aficionado mexicano consciente se parece al familiar de un enfermo en apariencia desahuciado. Sabe que ese ser tan querido, pudiendo curarse, continúa en agonía, no por su maltrecho organismo sino porque otros parientes, los especialistas y el consejero espiritual se niegan a tomar medidas radicales que a ellos no los benefician y prefieren seguirle dando calmantes, placebos o sustancias sin efecto terapéutico y alguna transfusión eventual para prolongar hasta donde se pueda tan absurdo estado de cosas.
“Cultura es cultivo –me permití decir en el coloquio–, más o menos orientado, del espíritu humano a través de la historia. Y sociología es el estudio de los grupos sociales, más o menos atendidos, como en el caso del rico e ignorado fenómeno sociocultural taurino. Existe también una cultura empresarial que si carece de valores humanos, sensibilidad y responsabilidad social, se vuelve torpe aparador y sospechoso juego de intereses, tan obvios como perjudiciales para la empresa y sobre todo para el desilusionado usuario, que en lugar de emocionarse es sometido a una función predecible y monótona. La fiesta de toros en México y el resto de los países no está condenada, está deliberadamente mal atendida.”