El miedo, la depresión y la inseguridad son algunas consecuencias que genera la violencia contra las mujeres, el feminicidio es la más grave. El libro Terapia Gestalt con mujeres víctimas de violencia reúne el proceso de sicoterapia grupal con mujeres de Ciudad Juárez que sufrieron esa situación.

Editado por Pax, el texto expone la experiencia de mujeres que sufrieron maltrato y la de los terapeutas que las acompañaron. El proceso se documentó de manera completa, con el consentimiento de las pacientes, se grabaron todas las sesiones, desde las de introducción hasta la sesión de cierre, explica en entrevista para La Jornada Hugo Almada Mireles, editor de ese ejemplar y coordinador en el tratamiento

La terapia constó de 19 sesiones –además de cuatro previas para la elaboración de entrevistas– con nueve mujeres de Ciudad Juárez que en ese momento se sentían tristes, deprimidas e inseguras por la violencia emocional, física y sexual que sufrieron .

Las dificultades económicas y de seguridad en ese estado representan obstáculos reales para que las mujeres decidan poner un alto a su situación.

“Desde la primera sesión se genera sororidad. Cuando una mujer que sufrió violencia y encuentra a otras con el mismo problema se logra empatía entre ellas. Esto facilita mucho el proceso de terapia grupal.

En sesiones individuales se puede llevar mucho tiempo para que una consultante abra su sentimientos y no se sienta sola; es mejor en grupo, expresa Hugo Almada, también profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.

En mi cajita guardo mi tristeza. Paty, 27 años

En la sesión llamada Las violaciones y abusos sexuales, participó Paty, de 27 años, quien sufre maltrato físico y emocional de su esposo; refiere sentirse muy triste y se visualiza como niña y carga una cajita. Cuando se le pregunta qué tiene adentro responde: No quiero que nadie lo sepa, en mi cajita guardo mi tristeza.

A partir de esa sensación la consultante revela que fue agredida sexualmente por su hermano a los ocho años. Con ayuda del terapeuta y una compañera del grupo, Paty expresa el coraje que tiene hacia él y también a su madre, porque cuando le contó no le creyó.

“La terapia Gestalt trabaja en lo profundo del alma humana; es un proceso que expone las emociones para que el paciente se dé cuenta de ellas.

Les brinda acceso a su poder y fuerza interna, ponen límites, aprenden a decir no, también a valorarse y perdonarse; el proceso en la terapia les permite dignificar su vida, comparte Almada Mireles.

Las intervenciones que se muestran en ese tomo tienen una dimensión humana, con gran significación para la reconstrucción de las personas y para tener esperanza en sus vidas.

“La intención del libro es generar confianza en medio de esta situación. Es un alegato radical en favor de la esperanza.

“Esta obra va dirigida de manera solidaria a cualquier persona que esté interesada en comprender lo que sucede en un proceso así y que quiera encontrar la solución en una situación de violencia contra las mujeres.

La documentación fue hecha para que el lector pueda apropiarse y vivir lo más significativo del proceso, no solamente entender el resultado final, concluye Almada Mireles.