Viernes 6 de septiembre de 2019, p. 2
La música para Francisco Toledo fue una de ‘‘las artes más bellas que existen”, el fervor que sentía el artista por las melodías lo llevó a proponer la creación de una escuela de música: la Fonoteca Eduardo Mata.
Desde el 5 de septiembre de 1997, ese recinto ubicado en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) tuvo como propósito reunir, organizar y poner al alcance de los músicos, profesores, estudiantes de música, melómanos y público en general, un acervo integrado por melodías difíciles de encontrar en otros espacios y prácticamente ‘‘ausentes” en las radiodifusoras comerciales de esa entidad.
Primeras tonadas
En un inicio, el ex convento del Carmen Alto, ubicado en Oaxaca de Juárez, sería el lugar idóneo para materializar esa iniciativa; sin embargo, no fue posible.
‘‘Originalmente, el Carmen Alto estaba destinado a ser la escuela Eduardo de Mata de Música. Incluso fuimos con Mata a ver este espacio (…) aunque el ex gobernador Diódoro Carrasco prometió otorgarlo y hubo una gran subasta para reunir una gran cantidad de dinero, al final del sexenio simplemente nos dijeron: no se puede y no se hizo”, explicó Toledo.
‘‘Todo se complementa –añadió– el cine es cultura, la fotografía es arte, la música también; todo se fue creando a partir del IAGO; en el caso de la fonoteca, la idea era hacer una gran escuela de música, por eso empezamos a comprar discos para integrar un magno acervo para el colegio.”
La Fonoteca Eduardo Mata cumplió ayer su aniversario 22, el día del fallecimiento de Francisco Toledo; los festejos incluían hoy –y el 13 y 20 de septiembre– una serie de recitales a cargo de las agrupaciones Pasatono Orquesta, Azul de Vienay, Costa Mía Orquesta, Bajo Mis Manos y La Tolvanera en el IAGO (Macedonio Alcalá 507, Centro Histórico de Oaxaca) y en avenida Juárez 203.
El acervo de ese recinto siguió creciendo gracias a las donaciones del maestro Toledo, los músicos y el público en general. Actualmente esa fonoteca posee más 12 mil materiales, entre discos compactos, casetes, vinilos, partituras y libros.
Espacio único para todos los oídos
Ese espacio se suma a las salas de poesía y literatura de la Biblioteca del IAGO, donde los usuarios pueden encontrar música de cámara, de compositores, clásicos, románticos, barrocos, misas, requiems, óperas y operetas, así como música antigua, gregoriana y renacentista.