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Ciudad perdida

El gobierno local, tras un pez gordo

S

erá casi con seguridad antes de que rinda su primer Informe ante el Congreso local, que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, anuncie que un pez gordo de la administración pasada, a quien se le han seguido los pasos desde antes de que iniciara este sexenio, ha caído en las redes del combate contra la corrupción.

Por razones de seguridad, y de lo que obliga el debido proceso, el nombre del inculpado no se quiere revelar. En el gobierno central se sabe que las investigaciones han sido tan profundas y van tan avanzadas que la autoridad encargada ya ha pedido que se congelen las cuentas del ex funcionario del gobierno anterior.

Esta vez, nos aseguran, no se trata de funcionarios menores, o de personal involucrado con el investigado, sino de gente que llegó a posiciones dentro de la administración en las que se definían rumbos de gobierno, por lo que al personaje involucrado se le considera un pez gordo.

Para Claudia Sheinbaum este será, sin lugar a especulaciones, un tiro de precisión que no dejará dudas sobre el manejo que se hizo de algunos dineros públicos, pero sobre todo tratará de demostrar que su gobierno dedica recursos y esfuerzos al combate de lo que se considera el mal de males: la corrupción.

Y más que tratar de dar una sorpresa con el nombre del ex funcionario investigado, porque como dijimos, el asunto ha sido muy ventilado, lo que pretende el gobierno de Sheinbaum es mostrar a la gente de la capital que no hay venganza, pero tampoco impunidad, y con ello lanzar un puente de entendimiento que sí hace falta entre el gobierno y sus gobernados.

Los trabajos sobre el presunto ilícito llevan ya poco más de un año, y si bien han concluido en una primera fase, hay quien asegura que seguirán dando datos sobre el manejo de los dineros públicos durante la administración que concluyó precisamente hace casi un año.

De cualquier forma, por el momento habrá que concluir el primer asunto, la punta de la hebra, para después seguir jalando hasta deshacer el nudo de corrupción que, según nos dicen, había en el gobierno pasado.

Y hay más: en la Contraloría del Gobierno de la Ciudad de México dicen que nunca se recibió información de los recursos donados para la reconstrucción.

El año pasado se reclamaba que de los dineros que recibieron más de doscientas organizaciones no gubernamentales nada se sabía, y al parecer las cosas, ahora, no han variado. Incluso el monto de las donaciones que debería recibir la CDMX no está claro, pero ya se analiza el asunto.

De pasadita

En el Congreso de la ciudad todo es caos. Para empezar, y aunque la Constitución lo establezca, llevar a los panistas a un puesto de dirección parece un contrasentido. El PAN en esta ciudad apenas tiene representatividad y no puede ser que una pequeña minoría sea la que vaya a tomar decisiones sobre la mayoría.

Sí, es verdad que la Constitución habla de la rotación en la Junta de Coordinación Política del Congreso, pero eso lo sabía la mayoría en ese órgano legislativo, y así como ha cambiado numerosas leyes que se establecieron en la Constitución, así mismo deberían haber hecho algo para poner a salvo la voluntad de la mayoría de la gente que con su voto decidió quién debería gobernar. Nada más falta que la gente de Morena le haga al Zedillo y le entregue a los azules lo que no les corresponde.

Y no decimos esto apoyados en la nada. Cuando la diputación de Morena quiere imponer algo lo hace con ley o sin ella. Y si no nos creen, pregúntenle al periodista Ricardo Rocha, a quien se le niega un pago establecido en contrato, es decir, un contrato legal, bueno o malo, pero legal. Este Congreso es un desastre.

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