Lunes 26 de agosto de 2019, p. 29
Hong Kong. Un policía de Hong Kong disparó al menos una vez con su arma de fuego ayer durante las protestas de manifestantes radicales, en el primer incidente de este tipo en tres meses de movilizaciones en la ex colonia británica.
Por lo que supe, un colega acaba de disparar su arma
, indicó el oficial de policía Leung Kwok Win.
El incidente ocurrió durante enfrentamientos entre manifestantes y policías en Tsuen Wan, a unos 10 kilómetros del centro de la ciudad.
El territorio semiautónomo, uno de los principales centros financieros del mundo, ha experimentado en los últimos tres meses su peor crisis política desde su devolución a China en 1997.
El actual movimiento de protesta, nacido de la oposición a un proyecto de ley –ahora suspendido– para permitir las extradiciones hacia China continental, se ha convertido en una campaña más global por democracia y protección de las libertades locales.
Miles de hongkoneses desfilaron en silencio bajo la lluvia torrencial ayer en el área de Tsuen Wan. Pero los radicales levantaron una barricada y arrojaron adoquines y bombas molotov a la policía.
Después de lanzar gas lacrimógeno la policía antidisturbios utilizó, por primera vez también, cañones de agua contra los manifestantes.
La autoridad siempre afirmó que reservaba esa táctica de dispersión de manifestaciones para casos de perturbación del orden público a gran escala
.
Los cañones de agua son de uso poco común en Hong Kong y la población es muy sensible a ellos.
Los directivos del Metro de Hong Kong son blanco de reproches luego de aparentemente haber cedido a las críticas de los medios de prensa estatales chinos, que lo acusaron de actitudes que terminaban ayudando a los manifestantes.
La red de transporte cerró ayer algunas estaciones de Tsuen Wan, cerca del sitio de la protesta, por segundo día consecutivo.
Una segunda reunión de varios centenares de personas, en la que participaron familiares de la policía en solidaridad, se llevó a cabo en otra parte de la ciudad.
El sábado, los manifestantes levantaron una barricada y profirieron insultos contra la policía, a la que acusan de cometer actos de violencia.
Tras horas de tensión, las fuerzas de seguridad intervinieron lanzando gas lacrimógeno contra los manifestantes, que les arrojaron botellas, piedras y otros objetos.
Diez personas fueron hospitalizadas tras esos enfrentamientos, dos de ellas están graves.