Ante los incendios que devastan la selva Amazónica, obispos de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) urgieron un cambio de paradigmas en el mundo pues el que ahora estamos viviendo es de consumo y descarte.

Diversas agrupaciones ambientalistas y académicos también criticaron la actitud del mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, quien llegó a señalar que las organizaciones no gubernamentales podrían estar detrás de los siniestros que han calcinado miles de hectáreas de selva, y señalaron que lo que ocurre es una tragedia para todo el mundo.

José Antonio Ordóñez, biólogo y académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, destacó que ese territorio es el pulmón del planeta pues aporta entre 16 y 23 por ciento del oxígeno que respiramos.

Advirtió que el daño ambiental se remediará en un lapso que va de 200 a 300 años y la contaminación del aire será enorme.

Por su parte, la Dimensión del Cuidado Integral de la Creación de Pueblos Originarios y Afromexicanos así como la Comisión Episcopal para la Pastoral Social de la CEM expresaron en una carta pública que este desastre antropogénico, pone en peligro las comunidades que han tejido su historia en esos territorios desde tiempos antiguos.

Ahí han vivido en armonía con todo lo que habita ya que les fue heredado por sus ancestros y ahora están en peligro por esta lamentable tragedia; por ello demandaron a las entidades políticas internacionales y a aquellos gobiernos que tienen en sus manos la solución para combatir estos incendios, que lo hagan de manera urgente, pues está en riesgo la vida de los seres de ese ecosistema y el futuro de las generaciones”, solicitaron los obispos.

En entrevista por separado, Matha Luz Cadena, fundadora de Reacción por el planeta, apuntó que estamos en una crisis climática grave por el calentamiento global, hay que presionar a los gobiernos de todos los niveles para que cumplan con el Acuerdo de París.

María del Carmen Arzate, de Líderes climáticos, refirió que lo que sucede en el Amazonas es una tragedia que se suma al calentamiento. Emitimos diariamente 400 mil toneladas bióxido de carbono y esos árboles del Amazonas absorbían buena parte. Sin la Amazonia el oxígeno del planeta se va a reducir”.